ESPÍRITU DE SUPERACIÓN

La de Celso González Galán es una de esas vida que despiertan admiración. Humilde y sencillo, condenado a una silla de ruedas desde niño, no ha dejado que su discapacidad física le limitase. Y esa convicción le permitió vencer las barreras psicológicas que en ocasiones impiden perseguir proyectos e crear ilusiones. No fue el caso de Celso González, que puede presumir de haber formado a músicos y artistas de renombre desde su humilde escuela de música de Vilalonga, una parroquia en la que nació y creció y en la que se encuentra a gusto, rodeado de unos vecinos que, sobre todo, le respetan. Y reconocen el valor y el esfuerzo de la importante labor social realizada. Ayer presentó un libro, “Lágrimas y Sangre”, un trabajo autobiográfico en el que Celso González comparte su experiencia vital con quien quiera conocerla.

ESPÍRITU DE SUPERACIÓN

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