LA GALLEGA NATALIA

Natalia Sanmartín Fenollera es una jovencísima periodista gallega con unos ojos negros más grandes que la Laguna ídem de Soria. Periodista del periódico económico “Cinco Días”, acaba de publicar su primera novela, cuyos derechos se han vendido en 70 países y ya está presente en más de 80 mercados. La “ópera prima” de esta gallega de La Estrada (Pontevedra) se titula “El despertar de la señorita Prim”. Los críticos coinciden en afirmar que la novela ha sido la revelación en la feria literaria de Francfort.
Ha sido lanzada al mercado por Editorial Planeta y a Johanna Castillo, vicepresidenta de Atria Books, le ha merecido el siguiente comentario: “Es una novela exquisita. La riqueza de sus personajes transportarán al lector a un mundo similar al de las obras de Dickens y Louisa May Alcott”. Se trata de la historia de Prudencia Prim, una mujer “intensamente titulada”: licenciada en Relaciones Internacionales, Ciencias Políticas y Antropología, doctora en Sociología y especialista en Biblioteconomía y Arte Ruso Medieval, que contesta a un anuncio de trabajo para un puesto de bibliotecaria, en el que no se especifica que no se requiere formación universitaria. Así llega al pueblo de San Ireneo de Arnois, donde nada es lo que parece. No lo es su jefe, que educa a su manera a cuatro sobrinos huérfanos y algunos otros niños del pueblo: los chavales no leen cuentos, sino la historia de la Redención, las historia de los archimandritas de la Iglesia griega, las historias de los “staretz” rusos y así sucesivamente.
Natalia ha escrito una novela deliciosa, de rico lenguaje, abundante en detalle de exquisito gusto. Y es que en ese pueblo la vida fluye de espalda al mundo moderno, con costumbres a cien años luz de lo que antes era la vida de la señorita Prim. Por ejemplo, el primer encuentro con la Liga Feminista del pueblo no tiene desperdicio: las damas son atendidas por una doncella de delantal almidonado y cofia. Como la señorita Prim no está casada, hay que buscarle un esposo, aunque ella odia el matrimonio. La señorita encuentra un aliado, culto y educado, al que confía sus cuitas, pesares, problemas y desengaños.

LA GALLEGA NATALIA

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