La teoría de Adam Smith no es democrática

Los buenos gobiernos no descapitalizan el Estado. Para tener independencia política hay tener independencia económica. Es tan elemental como la vida misma. Los últimos gobiernos no tuvieron esto en cuenta. Los que están a la cabeza del Estado son nuestros vigías en la torre, responsables, disponen de competencias para regular la marcha del país que gobiernan. Escudarse en la crisis de otros, autonomías, ayuntamientos y diputaciones y ciudadanos, que gastaron más de lo que tenían, a imagen y semejanza del Gobierno central.
El gobierno de turno tiene a su alcance legislar y hacer cumplir la Ley, tanto en lo público, como en lo privado, para impedir el mal camino que nos llevó a la crisis. En  vez de evitarla, la negaron una y otra vez. El gobierno de hoy, cuando estaba en la oposición, prometió, reiteradamente que al llegar ellos, lo arreglarían, pero vamos de mal en peor.  El  poder es para servir a los intereses generales. No hay que confundir la política- con políticos vividores que abundan en la última hornada de renovadores. Las malas artes son más contagiosas que las buenas. Uno debe meterse en política para mejorar la realidad, no para empeorarla y  medrar personalmente, aumentando su cuenta de resultados particulares a costa de los demás, pasando por el cargo sin dejar nada de provecho, más bien lo contrario, contra el bien común. Un buen político, es un señor que paga sus deudas, no  miente, ni engaña, es honesto, sabe gestionar,  cumple  lo prometido, normas, contrato social. Si no hace esto, ¿para qué se presenta? Hay mucho patriotismo de cartera, los  gobiernos que votamos son convidados de piedra ante los mercados, y la mano invisible de Adam Smith, decía que  los mercados se regulan solos, vemos que no, el gobierno está cambiando leyes para privatizar lo público, hacer más negocios privados, sin crear riqueza. Viven de la especulación del  Estado,  que sostenemos con nuestros impuestos.   

 

La teoría de Adam Smith no es democrática

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