MERCADONA

El Consejo Empresarial para la Competitividad que forman las 17 mayores empresas de España, presentó en mayo del año pasado el informe “Crecimiento y sostenibilidad de la economía española”, un manifiesto de apoyo a España como “país muy solvente y competitivo”, cuya economía se recuperará “mucho antes de lo que prevén foros ajenos”.

Fue un brindis al sol, porque desde entonces nunca más se supo de ese Consejo, ni de que las empresas integradas en él llevaran a cabo acciones relevantes para ayudar a la economía española, más allá de aquel informe “emocional”.

Pero en toda regla hay una excepción y esta la protagoniza Mercadona, que forma parte de aquel Consejo Empresarial. Su creador, propietario y primer ejecutivo, Juan Roig, compareció la semana pasada ante los medios de comunicación para explicar cómo fue el ejercicio anterior y cuáles son las perspectivas para el actual. En 2012, la cadena de supermercados que preside inauguró tiendas, mejoró su cuota de mercado –vendió más–, aumentó beneficios y creó 4.000 empleos. Es decir, creció en todos los ratios de actividad.

Como grandes líneas de actuación para el año 2013, que “va a ser muy duro”, anunció que destinará una parte de los beneficios a la sostenibilidad del sector agroalimentario, proveedor de la cadena, “cuyas empresas tienen que ganar dinero”, a bajar los precios para los consumidores y a mejorar los sueldos de los 74.000 trabajadores, que ya tuvieron subida salarial en 2012.

Confieso que no soy cliente de Mercadona, pero reconforta saber que esta compañía es una especie de “verso suelto” que, en medio de la recesión, vende sus productos en un mercado muy competitivo, genera riqueza para sus proveedores, crea puestos de trabajo con una retribución decente y aumenta beneficios, parte de los cuales revierten a la sociedad de múltiples formas. Con estas credenciales hace más por la marca España que todos los informes “pon bien” del Consejo Empresarial para la Competitividad.

¿El secreto? Una buena estrategia empresarial: reinventarse cada día con el trabajo bien hecho, mejorar la productividad y la calidad de productos, ser competitivos en precios e innovación.

Es para sentir sana envidia, porque esto es lo que necesita Galicia: empresarios que rompan con la racha prolongada de depresión y sequía empresarial y creen empleo y riqueza para el país. Es la fórmula Mercadona, que tan bien funciona en plena crisis.

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