Cambio de actitud

vivimos tiempos convulsos en los que todo va demasiado deprisa y, además, tendemos a perder la paciencia, así como unas energías que –a fuerza de trabajar en diez frentes diferentes a la vez-, se van consumiendo.
Discernir qué es realmente importante de aquello que no lo es tanto, resulta casi imposible, así que en general nos afanamos en pelear por todo y, al menos algo, esperamos que nos salga como deseamos.
Pero la vida va pasando y, el tiempo que vivimos y por momentos detestamos a partes iguales, algún día será idolatrado, como fue sucediendo con mucho de lo ya vivido por parte de una gran mayoría de los mortales.
La vida nos engulle, nos sacude, nos distrae de lo verdaderamente importante y nos roba el momento. La vida nos traiciona, nos sonríe con cinismo y nos muestra un panorama muchas veces desquiciante; mientras nosotros nos dejamos llevar por ella programando nuestros cerebros en modo preocupación… Y, es esa desazón donde nos topamos de frente con una existencia tan gris como incapaz de modificar comportamientos.
Preferimos lamentarnos, robotizarnos y dejarnos engullir por las fauces del temor a la pérdida de control… La vida nos pone a prueba y, casi siempre gana ella. Nos roba el tiempo obligándonos a pensar en todo aquello que puede salir mal y nos aleja de aquel niño que un día fuimos y al que nada preocupaba en demasía y todo le salía generalmente bien.
Cada cual tiene unas circunstancias particulares y absolutamente intransferibles. En eso, tal y como sucede al nacer y al morir, también estamos solos frente a nuestros cerebros y al enfoque que cada cual quiera darle a su vida. Si queremos ser más felices de lo que somos, debemos ser conscientes de que, por mucho que lo deseemos, no podemos cambiarlas…, sin embargo, sí podemos tratar de modificar nuestra actitud para con ellas.
El ser capaces de tener un pensamiento tres escalones más elevado de la cotidianidad, así como de mandar callar a nuestro raciocinio cuando este trata de acongojarnos, es clave para una buena adaptación y para un mayor disfrute del medio en el que estamos obligados a desenvolvernos hoy por hoy.
Debemos recordar que aquello por lo que atravesamos y no nos gusta no durará para siempre. Vendrán nuevas etapas con sus alforjas cargadas de nuevas vivencias que, mejores o peores, nos tocará capear. Hacerlo con la actitud adecuada y seguir alguna de las recomendaciones que arrojo en estas líneas, es clave para ser feliz.

Cambio de actitud

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