Fenosa: DEP

hace un par de días se hizo efectiva la desaparición de la marca comercial Fenosa (Fuerzas Eléctricas del Noroeste, SA.. Aquel buque insignia coruñés, por naturaleza, y buque insignia durante años de las empresas gallegas se llama ahora Naturgy. Quizás con el entierro de Fenosa desaparece el último de los iconos empresariales de la ciudad. Desaparece en silencio, sin que nadie responda ni muestre luto por tan sensible pérdida.
Creo que es normal porque de nuestra ciudad ha desaparecido casi todo y nunca ha pasado nada, antes desaparecieron Caixa Galicia, el Banco Pastor, Fadesa, el Banco de La Coruña, el Banco Gallego, o instituciones como la Capitanía General, la Comandancia de Marina, la Brilat, la Fábrica de Tabacos, la de Armas o la capitalidad y así un largo etcétera que en el tiempo y con una sesuda planificación han dejado a la ciudad en una especie de gran paseo por el que caminan jubilados, que ya no ven obras, o parados que no ven futuro aquí.
Todo se perdió en silencio y yo diría que sin dolor mas allá del sufrimiento de muchos ciudadanos que recuerdan una Coruña próspera y pujante. Salvo aquella manifestación de 1982 en la que más de cien mil coruñeses alzamos nuestra voz y que solo sirvió para que alguien nos calificara como “30 pitotes” que no sabían lo que defendían. Lo sabíamos y muy bien porque aquello supuso el punto de inflexión que sacó a La Coruña de la champions league para conducirla a la categoría regional. De ocupar puestos altos en los rankings de ciudades europeas a desaparecer.
Hace más de 20 años escribí un artículo que titulé “Réquiem por los cines coruñeses” mantenía que existía un plan para hacer desaparecer de nuestras calles las salas que durante años fueron refugio cultural de muchas generaciones en los barrios. Recuerdo que un político me dijo entonces que era una catastrofista y que esperaba, pasado el tiempo, acompañarme a ver alguna película al cine Riazor, al Avenida o Colón. Nunca pudimos compartir butaca porque, efectivamente, los cines desaparecieron en favor de las grandes superficies comerciales.
Con los cines desaparecieron cafeterías, lugares de encuentro y mucho pequeño comercio que se beneficiaba del tránsito de clientes que atraía la gran pantalla, por el contrario, esos flujos de personas pasaron a ser propiedad de las grandes superficies, que, a su vez, se vieron beneficiadas por las nuevas infraestructuras viarias, que, quieras o no te acaban llevando a un centro comercial. No era catastrofismo lo que anunciaba sino realismo, doloroso, pero realismo.
No quiero pensar dónde estaríamos si no hubiera un fenómeno como Inditex. Por eso creo que el 2019 ha de ser un año para la esperanza de los coruñeses, aupando al palacio de María Pita a un nuevo gobierno municipal que se tome en serio la reanimación de una ciudad que necesita oxígeno, convicciones, firmeza y una hoja de ruta que nos conduzca a poner de nuevo en valor el potencial de una ciudad, que, a pesar de todo lo dicho aquí, no se da por vencida y que ha de recuperar esos valores que, la hicieron grande, noble y próspera. Está en nuestras manos y sabemos que de la prosperidad de La Coruña depende nuestro futuro y el de nuestros hijos. Piénsenlo.

Fenosa: DEP

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