Rosa Gallego, ¿cómo te atreves?

Fue en el pleno municipal coruñés el pasado lunes. Rosa Gallego, portavoz popular, se atrevió a responder a una pretendida descalificación de la portavoz mareante. Esta acusó a Rosa Gallego de cobrar más que el alcalde y la portavoz popular tuvo a bien dar cumplida respuesta al improperio podemita. ¡Cómo se le ocurre! Ellos, los podemitas, pueden decir cualquier cosa y de cualquiera que no pasa nada, pero amigo mío, si les respondes, su fina piel se enerva hasta el infinito y más allá. 
Creo que la marea coruñesa tenía una fantástica oportunidad para acallar a la popular; no tenía más que sacar la relación de concejales mareantes y todos sus asesores, que son legión, con una comparativa sobre lo que cobraban antes de la política y lo que ahora cobran. Con esta información, Rosa Gallego hubiera tenido que pedir disculpas, si su afirmación fuera falsa. 
Pero la cuestión es que Gallego no mintió, dijo, sencillamente, una verdad catedralicia y ante eso, solo cabía responderle que el alcalde cobra menos ahora que cuando estaba en la universidad. He dicho muchas veces que el problema no es lo que nuestros políticos cobren, si no los resultados de su trabajo. Nadie discutiría el salario de un político si fruto de su trabajo la sociedad que le paga recogiera mayor calidad de vida y mejorara su bienestar. 
Cuando el debate salarial de los políticos se abre es porque la ciudadanía no percibe resultados positivos. Es aquello de que lo barato sale caro. Y eso es lo que le pasa a La Coruña con la marea, que más allá de pancartas y manifestaciones la ciudad no progresa, está lamentablemente parada mientras nuestros concellos limítrofes crecen y remontan, mejor que nosotros, la crisis que poco a poco va quedando atrás. Siempre pensé que hablar de dinero era una ordinariez y cuando se hace para atacar en lo personal y desde tribunas públicas arruina el decoro exigible a los representantes públicos, pero es que no fue Rosa Gallego la que abrió ese melón, ella reaccionó a la provocación y argumentó, con verdades, lo que es sin duda un varapalo para los podemitas. 
Ellos y ellas, podemitas y podemitos, pueden mandar a Irene Villa a un cementerio a buscar repuestos o decir que las víctimas del genocidio nazi pueden viajar en un cenicero, eso es, para ellos humor. 
También pueden decir que Ortega Lara era un torturador y, desde su humor, dicen también que Maduro es un demócrata convencido y su gestión es una bendición para una Venezuela arruinada económica y moralmente. Ellos y ellas pueden, pero a ti, Rosa, ¿cómo se te ocurre contestarles? Pero la gota que colma el vaso aparece cuando otro meritorio del grupo mareante, acusa a la portavoz popular poco menos que de ser la promotora de la lucha de clases, ¡acabáramos! Esto lo dicen quienes llegaron tildando de casta a todo lo que se moviera, hasta que ellos mismos, cobrando cerca de 40.000 eurazos se convirtieron en parte de aquello que denostaban. 
Por el camino degradaron a todo aquel empresario que trabajaba y generaba riqueza, incluso a quien tiene más de 150.000 empleados por el mundo adelante y todos con contrato, no como algún podemita afamado que pagaba en negro a su ayudante y no lo tenía ni dado de alta en la Seguridad Social. 
¿Se imaginan ustedes lo que Podemos diría de un alto cargo del PSOE o del PP si hiciera eso? Explotador, fascista, negrero, etc. etc. Y es que estos de Podemos tienen doble vara de medir, que digo doble, quíntuple. Le animo desde aquí, sr. Ferreiro, a desmentir a Rosa. Publique lo que ganaban sus concejales y asesores antes y después de llegar a la política. Será muy esclarecedor para la “xente do común”.

Rosa Gallego, ¿cómo te atreves?

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