El papel lo aguanta todo

Sánchez ya tiene sus presupuestos, aunque habrá que esperar al próximo 13 de febrero para saber si pasan el primer trámite parlamentario. Las cuentas, ya lo comentamos aquí, son increíbles e irresponsables y tienen un único objetivo: alargar la estancia del presidente del Gobierno en Moncloa. Los guiños millonarios al independentismo catalán son alucinantes, amén de insolidarios con el resto de comunidades autónomas, algunas incluso presididas por socialistas.

El papel lo aguanta todo y nunca antes se había visto tan claro. El Gobierno, en año electoral, ha subido los gastos y en todas y cada una de las partidas y ha previsto unos ingresos que no se creería ni la lechera del cuento. Incluso utiliza un artificio contable por el cual 2019 tendrá, a efectos de recaudación de IVA, 13 meses. Lo sorprendente es que, mientras asegura que la economía va a crecer menos, la recaudación se va disparar.

Y no solo eso, sino que espera recaudar por impuestos, antiguos y nuevos, casi 6.000 millones, de los que, por cierto, solo unos cuantos cientos serán a cuenta de los que llaman ricos, vía subida del IRPF o Patrimonio. En total, entre ingresos por el crecimiento, subida de impuestos y alza de cotizaciones sociales 30.000 millones de euros. La mayor subida desde 2011. A todo esto, millones de españoles verán cómo les sube el coste del diésel. Por cierto, mayor del que nos han dicho, puesto que a la subida del impuesto a los carburantes se le aplica el IVA, por lo que la subida será de al menos 1 euro más, por encima de 4 euros el depósito.

El Gobierno, como ya hizo Zapatero en su momento, pasa del entorno internacional y de los problemas que el menor crecimiento y los mayores impuestos tendrá para la inversión, el empleo y, por tanto, para la propia recaudación prevista. Y, por supuesto, minimiza la desaceleración del PIB, la caída de las exportaciones y del consumo. Pero, qué más da. Lo único importante es regar de millones a Cataluña para alargar la legislatura hasta 2020. Lo dijo Pedro Sánchez el pasado fin de semana: olvídense de elecciones. Se lo dijo a los partidos políticos que las reclaman, pero también a los millones de españoles que exigen elecciones, como se les prometió en la moción de censura. Veremos si este mensaje dura lo mismo que los anteriores. Mientras, la desconfianza de empresarios y consumidores ha vuelto y para quedarse.

El papel lo aguanta todo

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