Caiga quien caiga

Amigos: “La posesión de medios de producción maravillosos no ha aportado la libertad sino la inquietud y el hambre” (Albert Einstein). “El mundo ha conseguido la brillantez sin conciencia. El nuestro es un mundo de gigantes nucleares y niños éticos” (Omar Nelson Bradley). “Esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos” (Antonio Gala).

Una nueva ley del juego para frenar la ludopatía. El juego esta presente en la vida diaria de los españoles y muy arraigado. De manera rápida y cómoda, es jugar, juegos más o menos establecidos socialmente como normales:  A la lotería, a las quinielas, al premio de la ONCE, Primitiva, Euromillón, etc. Para nada tienen que ver estos con el gran problema que existe actualmente en este ámbito, entre mayores de edad y jóvenes adolescentes, incluyendo en esta edad a menores de edad ya de doce y trece años y esto ya es extremadamente grave, diría gravísimo, para un futuro inmediato de nuestra sociedad. 

Debemos incidir, como ya hice antes al menos en dos ocasiones, que la adicción al juego es otra forma de esclavitud entre uno mismo y el juego y todo lo que exista en el medio de ambos supuestos soportes tan sólo es válido para conseguir más dinero para seguir jugando, y perdiendo naturalmente. Ningún adicto salta la banca y gana, porque su adicción es a la adrenalina que le produce esa acción. No es al dinero para hacerse millonario, si gana mucho sigue jugando lo ganado y al final lo pierde, por supuesto. Con la nueva regulación del juego que ya salió en marzo de este mismo año se trata de paliar en parte que sobre todo los menores tengan barreras suficientes para iniciarse en esta adicción que una vez empieza poco a poco va en aumento paulatino en el joven cazado. Por ello estas casas de juego online, o directo, están  proliferando de manera alarmante, en los pueblos y ciudades, y las autoridades de los mismos, que deberían velar por la salud de sus habitantes, se convierten en muchas ocasiones en cómplices, al permitir, sin ningún problema, su instalación en cualquier esquina de la ciudad, mediante claro está, un pago, fiscalizado al Concello correspondiente. Esto es una canallada. Y para darme más la razón se esconden, las puertas no están abiertas, los ventanales tapados, aquello parece un búnquer de Mussolini. Da idea que negocio limpio no lo es, y no lo es con razón, juegan con trampa, desde varios aspectos: El higiénico, porque un lugar tan cerrado llega a producir claustrofobia en los encerrados, sin contar un posible incendio o escape de algún gas. Claro los que están a ello no les interesa que los vean,  primero a saber qué medidas de control de entrada realizan.

Puedo entender que en alguna se lo tomen en serio, y es verdad, pero existe una mayoría que hace la vista gorda, o tienen ganchos en el exterior  y que acechan a los jóvenes para que hagan las apuestas. Es negocio para las casas de apuestas, por supuesto mucho mas. ¿Sabéis el importe por trimestre la facturación del sector? Cerca de cuatro mil millones quinientos mil euros, o sea si esto es al trimestre, imaginaos, amigos, al cabo de un año. Toda la culpa es de los que permiten que estos lugares de lenocinio se permitan, sin más y no existan barreras legales para su desaparición, porque esto trae lavado de dinero ilícito, y/o blanqueo de capitales en paraísos fiscales. No es un negocio más, es una trampa, que despierta la avaricia de todos los engranajes de la maquinaria. A todos, excepto a los adictos que por su grave problema no ven el engaño La nueva heroína, del siglo XXl, está entre nosotros. Y como siempre nos coge en bragas. 

Amigos, el dinero, como siempre, mueve las voluntades mas férreas. Pero os aseguro que la mía no. Como tampoco lo hicieron las anteriores epidemias contra los jóvenes. Aunque después de tanta lucha empieza una nueva, seguiré dando siempre en el mismo clavo. Dentro de unos pocos años me diréis si tenía razón. Y hay que actuar con mano firme y sin dudar ni un instante, porque no abdiquéis en las autoridades, viven en los mundos de Yupi, y no se enteran. Y cuando lo hacen por la presión social, es tarde para una gran mayoría. Acordaos del VIH, los familiares de los afectados podían exigir al gobierno de la época, miles de millones de euros por la destrucción de casi dos generaciones de jóvenes, una canallada. No existe el perdón, hay justicia. Y si esta falla, hay libertad de acción, ya entendéis. Seguiré con esto y os daré más detalles: Que engañen a los jóvenes es insoportable para mí. Caiga quien caiga. Un saludo amigos.  Saúde e Terra.

Caiga quien caiga

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