El cajero burlón

migos: “La risa no es un mal comienzo para una amistad, y de lejos, es el mejor final para la misma” (Oscar Wilde). “Cuando era joven, pensaba que el dinero era lo más importante en la vida, ahora que soy mayor, sé que lo es, excepto una verdadera prueba de amor” (anónimo). “Un hombre nunca es lo suficientemente cuidadoso en la elección de sus enemigos” (Oscar Wilde). 
Como hoy día 10 no se puede hablar sobre las elecciones, pues no lo haré, no quiero incidir a favor o en contra de nadie, ni tampoco de la abstención, yo lo tengo claro, y con la que está cayendo, prefiero no ser cenizo. En venideros días ya hablaremos de esto y de quien tiene razón o no.  Hoy voy a hablaros de un cajero automático, del banco BBV de la oficina de Sanxenxo, que es como un demonio burlón, lo que aun no llegué a saber es su nombre pero estoy seguro que es uno de estos que os transmito: Ipes, Lamia, Lechies, Leonard, Lucifer, Malphas, Mammon, marchocias, Moloch, Nickar, Orobas, Paymon, Pruflas, Ronwe y Sallos. Uno de estos quince está metido en este cajero semi-automático para burlarse y quedarse con los trescientos euros que me guindó, y que después de quince días, aun no recuperé, al final os diré el  presunto nombre, pero entre ese puñetero burlón, y el protocolo del banco, sigo sin recibir el importe que es mío, mientras el burlón, del carajo, se lo pasa chachi a mi cuenta, hay que jo…
A un servidor ya me lo han quitado de la cuenta, claro me vieron pinta de premiado de la ONCE y dijeron, este ya tiene mucho, solo quiero avisar a este demonio burlón, que a mí no me tocó ni las DOCE ni nada, que estoy en contra de todo tipo de juegos. A lo que están adictos demasiados mortales, niños, adolescentes, maduros y mayores, pero yo cero, más cero, igual a cero. Se lo tendré que decir más alto y claro, encima de una escalera de tres tramos, a ver si se dan cuenta, se arrepienten y mañana me aparecen debajo de la almohada, y de paso les chivaré, que le digan a este banco, y a todos los demás, que devuelvan a los jubilados, los setenta mil millones de euros que el estado les dio a modo de préstamo a cuenta de la caja de pensiones de los mismos. El cajero poseído por el demonio burlón, y que por esta vez y última, me ha vacilado, cuando me di cuenta estaba cazado, lo que no me esperaba es que también tendría que andar en zapatillas de bambú durante quince días con la que está cayendo. Con lo que no contaba es con la absoluta falta de empatía del genero humano de dicha entidad y aunque el que esto dice, no sea un asiduo cliente, ni siquiera asiduo, manejen mi dinero por ahí a saber donde, y cuando me lo reintegrarán como si fuera suyo.
Todos sabemos que este sistema capitalista al límite tiene muchos y crueles errores en todos los ámbitos, desde una familia con niños desahuciada, por no poder hacerse cargo de la hipoteca bancaria, y al mismo tiempo, los mismos y los llamados fondos buitre, con miles de pisos vacíos, que por no usarse están en ruina, amigos, no es para meterlos en galeras?, la banca gana, el débil pierde siempre, ¿no creéis que esto esta fuera de toda razón humana pensante claro, porque algunos de los que ganan, aun están en período de transformación en homo sapiens y su único objetivo es amasar y amasar fortuna, hasta hacer desfallecer a clientes y empleados
¿Os acordáis de las preferentes?, cuanto daño han hecho a empleados y clientes. Es esto humano?, no hay culpables, hijos de la gran bretaña. Si de mí dependiera. Y de la justicia divina. Eso estaba finiquitado. El mal en términos médicos hay que extirparlos. Y al burlón, ese que se llama Orobas, que poseyó al cajero, lo mismo. Extirparlo. Y a un servidor que me devuelvan lo que es mío.
Por cierto tengo la capacidad de perdonar. Pero de olvidar nunca, al César lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios. Os aseguro que estos amigos del mal nunca conocerán a Dios. La profecía esta hecha y se cumplirá, aunque traigan a todos los burlones juntos. La verdad al final siempre triunfa, ¿verdad Orobas? Cajero demoniaco burlón.
Un saludo amigos, que ustedes lo voten bien, yo estoy apagado o fuera de cobertura. Saúede e Terra.                                                                    

El cajero burlón

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