El miedo

Amigos: “El hombre, es el único ser sensible que se destruye a si mismo en estado de libertad” (Jacques-Henry Bernardin).  “Solo es digno de libertad aquel que sabe conquistarla cada día” (Goethe). “Nadie puede ser perfectamente libre, hasta que todos lo sean” (Herbert Spencer). 

Tras casi 50 días de cuarentena, la mente empieza a divagar. El caso, os cuento una conversación, que tuve con la Covid 19. No os engaño, no os puedo decir si es la realidad o un sueño. O sea, que estoy hablando con el Coronavirus. 

¿Tu sabes lo que estas haciendo?, ¿la cantidad de muertes, enfermos, hambre para ahora?,  ¿el futuro,  los millones de puestos de trabajo perdidos, la gente encerrada en sus casas? Eres la puta miseria personificada. Me respondió, “¿ves?, eres un humano como los demás, veo que tampoco voy a poder hablar contigo, violencia , y mas violencia”. ¿Y tú qué hablas de violencia, si estas acabando con media humanidad, coño?, y me contesta, “al menos no soy hipócrita, tengo un deber y lo estoy cumpliendo para eso, la naturaleza con ayuda de los tuyos me crearon”. Anda sácate de mi vista. Eres el mayor criminal. “¿Me tienes miedo?”. Pues claro, si no te veo, no te oigo, no te olfateo y no quiero ni tocarte. Te haces invisible, da la cara ya.  “No se de vuestras leyes, pero a mí me crearon para esto y lo hago, como a vosotros, os hicieron con amor, para también darlo a los demás, sin egoísmos, ni vanidades, ni racismos, ni odios: Pero os matáis igual”.

Y yo ya, suficientemente harto de hablar con este bicho, aunque en el fondo, por cierta parte de los humanos, se que son así y más, me pongo en mi tarea de defender a los humanos y le contesto: Pero una gran parte de los que tu estás aniquilando son inocentes y vas a por los mayores y más débiles, menuda valiente del carajo. “No lo se, a mí me hicieron así, la naturaleza casual ayudada por el infinito egoísmo de algunos de tu especie, así que no me culpes tanto, y vete a por los tuyos también que tienen mucho que ver en crearme y soltarme por ahí. Detrás de mí, vendrán mis hermanastros que, por lo que se, aún son peores”.

Estos bichos así de pequeños no entienden del alma humana, porque tampoco se ve: Piensan que somos carne y huesos para atacar, pero pensamos, ideamos, creamos, conquistamos, amamos, odiamos, deseamos... El alma queda y se transporta, por ello nunca desaparecemos del todo nunca, ni de los corazones de los vivos que van detrás. Ahora soy yo el que maneja los hilos. El final lo leeréis el próximo día. Lo quiero hacer cantar. Un saludo amigos. No os lo perdáis. Saúde e Terra. 

El miedo

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