El otro lado, Manuel

migos: “Lo más que yo puedo hacer por mi amigo, es, simplemente ser su amigo” (Henry David Thoreau). “Gracias de todo corazón, por haber estado acompañando a nuestro gran amigo Minso, hasta última hora, que el Cosmos te recompense con creces amigo mío”.
Este mensaje me lo envió unos días después del fallecimiento de Minso un amigo común, de ambos. Y Manuel Abalo López, nos dejó el pasado jueves. Apenas un mes del amigo anterior, dejándome como fiel notario de sus óbitos. Esto es algo que aún tengo que asimilar, apenas hace tres meses que comíamos juntos en franca charla de tres fieles amigos, y hoy ya no están.
Lo que me alegra es que ambos ahora son felices, su espíritu, su alma está en paz y llena de felicidad para pasar al otro lado. Ya no existen sufrimientos, problemas mundanos, quejas,  miedos o dudas, allí a donde fue Manuel solo se siente amor y felicidad, porque Manuel fue un ser humano de los buenos, de luz, y por supuesto en ella estará en estos momentos, débil y honesto como solo los buenos son.
Una persona digna de serlo, bueno como el pan y digo débil porque su alma se rompía cuando se enteraba de una desgracia ajena a él, un ser humano con mayúsculas. Lo conocí bien, desde adolescentes, y teníamos un orgullo común que fue siempre  el de sentirnos orgullosos de nuestra ciudad, Vilagarcía, en ella desde jóvenes correteamos por sus calles, nos bañamos en su mar y respiramos el mismo aire.
Ese último mensaje que me envió sobre nuestro común amigo días antes de que a él le llegara su hora de partir lo dice todo, nos da a todos una lección de amistad pura, sin peros, sin dobles tintas, sincera, no como suele hacerse hoy en día. No fui a tu funeral porque no aguantaría, estuve mal, y lo entiendes, pero esa amistad perdurará en mí hasta el final, como lo hace la de Minso. 
A su familia, mujer y tres hijos, tan solo les diré que el es feliz , que ya no lo veremos más, pero su impronta queda en todos los que tuvimos la suerte de compartir momentos felices y no, con él, lo mismo le digo a su hermana Pilar, buena amiga y como él, un gran ser humano.
Digo todo esto, porque yo viví una experiencia extracorpórea, por un ictus grave que me dio, y ya estuve en el otro lado, pero por un milisegundo pude volver, era tan feliz, que ese deseo de felicidad máxima me hacia retraer mi regreso, pero volví.
No sé si todavía me faltaba algo más por hacer en el mundo de los vivos, en el que no se compara en nada al otro lado, y cambias totalmente tus prioridades, por eso me alegro por él y por Minso, pero por otra parte, me falta su presencia viva, y eso es difícil de sobrellevar para mí, para su familia y resto de amigos, hasta que volvamos a reencontrarnos algún día, al otro lado del espejo.
Descansa en paz querido Manuel, y como me dijiste a mí, que el Cosmos recompense con creces el inolvidable paso de tu vida a nuestro lado. Sé que estarás siempre entre nosotros, hasta vernos amigo mío.
Un saludo amigos de Entre Todos. Saúde e Terra.

El otro lado, Manuel

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