El paciente cero

migos: “Desdichado el que duerme en el mañana” (Hesiodo de Asera). “El pasado es como una lámpara colocada a la entrada del porvenir” (Felicité de Robert). “Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado” (Miguel de Unamuno).
La epidemia del COVID-19, conocido por Coronavirus, está produciendo a nivel mundial preocupación y pánico de una magnitud que aún desconocemos en todas sus facetas, y eso teniendo en cuenta que no es un virus mortal. Las sociedades, a nivel global, no están preparadas para una pandemia general y se demuestra que no somos cobayas, que obedecemos a todas las indicaciones que se nos hacen por el bien general, huimos ante el miedo, y no nos damos cuenta que esa huida puede ser un grave problema a nivel general.
Este es un virus, como hubo otros, anteriormente,  y que pasaron, para el que el ser humano tiene sus propias defensas para enfrentarse a este y otros nuevos, siempre que no afecten a órganos vitales del cuerpo humano. Desde luego la alarma la creamos nosotros mismos en una sociedad que tan solo se preocupa de su bienestar individual que no el colectivo. Mientras no seamos solidarios con los demás es una sociedad enferma, pero no por este virus, que estamos ahora televisando en directo a todas horas y por lo tanto metiendo mas pavor en todos los habitantes, produciendo un efecto multiplicador de sus consecuencias, y no es ni con mucho, de la peligrosidad de otros que sí lo han sido
Todo ello me lleva a pensar que, primero; que no estamos preparados a nivel global para una pandemia, porque las naciones no actúan de igual manera, y eso que el organismo superior la (OMS) Organización Mundial de la Salud está dando unos protocolos similares a todas las naciones, pero no se observan, se les escapan las cobayas, e infectan a todo bicho viviente que se cruza con ellos. Afecta a todos los humanos, porque todos somos iguales, chinos, negros, esquimales o caucásicos, y ahí nos damos cuenta quien piensa un poco claro, por que hay quien no lo hace, convirtiéndose en irracional, que todos somos iguales, aquí no valen razas, credos, banderas, himnos o maneras de creer, llega un momento que los seres humanos, todos, tenemos un enemigo común, que como en este caso es un virus, tan pequeño que se ve tan solo al microscopio, y nos pone en alerta roja.
Ni las armas, ni las bombas, ni la  masa desbordada pueden con un enemigo microscópico, que débiles y fútiles somos, que mierdita, camina por nuestras calles creyéndose los reyes del mambo, y aquí me refiero a los mandamases, a los poderosos, a los de las grandes fortunas, una amenaza ínfima termina con todo su poder. Ante todo esto, hay que repensar las relaciones humanas, hay que volver a empezar, es la lucha de un enemigo que no vemos por lo ínfimo que es y no se puede hacer mucho más. Y segundo, haced caso a las autoridades sanitarias y conservad la calma. Entiendo que esto va a afectar a la economía mundial, pero lo primero para todos es conservar la vida. Otra cosa que aún no se sabe, es el principio, el paciente cero se sabe que comenzó en una región de China, se cree que de un mercado de animales, bueno y quien me dice que no salio de un laboratorio, de la misma zona, que existe en la zona de Wuhan (China), precisamente en la zona cero?, no quiero ser alarmista, pero es que a estas alturas aún no sabemos nada concreto, no se ha localizado la causa, y mientras no sea así, estamos dando paños calientes pero no la solución correcta, la vacuna salvadora.
En estos momentos de máxima tensión es en donde se ve lo verdadero y lo irracional del ser humano es decir a los héroes y a los villanos, y en este caso todos juntos debemos ser héroes. Si queremos que esto termine bien, si no es así, ya suponéis lo que nos espera, inteligencia y racionalidad, y sobre todo calma. Y ahora os dejo que me voy a tomar un plato de sopa caliente, (Leonardo Da Vinchi), sus últimas palabras antes de morir, pero lagarto, lagarto por ahora no va de esta, tranquilos. Pero repensemos. Saludos amigos. Saúde e Terra.

El paciente cero

Te puede interesar