Híbridos sociales (1)

Amigos: “Sabes que estás en el camino correcto, cuando pierdes el interés por mirar atrás” (Anónimo). “La envidia existe solo en las personas que no saben aceptar la felicidad en los demás” (Proverbio chino). Hay cientos de miles de almas jóvenes, una generación y media, que están clamando venganza, los ví, lo se, y no pueden dar el paso al otro lado, hasta que se realice su deseo, en todos y cada uno de los familiares afectados, políticos o fuerzas de seguridad en vuestras manos lo dejo. Un servidor ya hizo lo que estaba en mis manos y ahora no hay valentía o simplemente ganas de luchar por los jóvenes que siguen cayendo. Día a día.  Mientras ahora se hace negocio vendiendo libros, camisetas, souvenirs y demás haciendo caja, a cuenta de los muertos, sí, muertos ¿duele?. Pues mucho más les está doliendo a ellos porque no pueden descansar en paz.  Claman Justicia y que los culpables pidan perdón, públicamente, se rehabiliten y den la cara,  mientras así no se haga, la justicia no existe, y ellos no podrán dar el paso para descansar en paz.    
En estos últimos días, he visto un programa en Televisión sobre el narcotráfico en Galicia y mas concretamente en las Rías Bajas,  el gran negocio para unos desalmados y la enfermedad para muchos más. Viene todo ello, porque lo he vivido en primera persona, durante años, (desde los ochenta). En esos años, y ahora también, los que decíamos la verdad éramos los malos, a un servidor, eso me importó una cesta de rábanos. En una entrevista, ya no me acuerdo, en qué medio, dije que eran enfermos, no delincuentes, ni malhechores, ni vagos, era peor, enfermos, para los que nadie les tendía unos puentes de rehabilitación, y una mano amiga.
Pero esto era y sigue siendo aún mucho peor, afectaba a nuestro futuro, a los muy jóvenes, y podría haber un salto generacional o más, que destruiría el equilibrio social. A todo ello hay que añadir que los que apartaban escupían y maldecían a los jóvenes enfermos, a la vuelta de la esquina, mano por la espalda a los buenos, para ellos, los verdaderos, mandantes que se beneficiaban de los ya enfermos traficando con la mercancía de la muerte, no tan solo del joven, sino de toda su familia. Estos que despreciaban a aun ser humano joven y enfermo y dan la mano y las risas a su malhechor, merecían la misma condena que al final tuvieron los bien vistos, si queréis doy nombres, unos cien o por ahí, aunque todos los conocemos. Y la verdad, o siguen entre rejas, o ya están muertos, y os digo, y aseguro porque lo sé, sus almas nunca descansarán en paz.  Y como esto va a ser largo, los próximos días seguiré con esto, a veces hace falta recordar el pasado, para no repetirlo. Lo malo de todo ello que por mucho que se recuerde el pasado, nunca se aprende y se cometen los mismos errores como una cinta sin fin. 
La aventura de mis años —fueron muchos en ese submundo que esta a medio camino entre la realidad más pavorosa y la fantasía mas cruel, día tras día— fue de novela, por momentos de novela rosa y por otros de terror.  Por momentos de lucha por mi vida y la de los que ayudaba y en otros de satisfacción de ver que el trabajo bien hecho. Pero la memoria de tantos episodios y personajes que pasaron por delante de mis ojos fue ingente. Me olvidaría de algunos y no se merecen que me olvide de ninguno.
Marcamos una época, avanzamos mucho en pocos años, y lo más importante para todos, hicimos ver a una sociedad que estaba desorientada y no sabía lo que venía encima, que no eran terroristas, tan solo enfermos. Trabajo costó. Se logró dar la vuelta a una tortilla, donde los buenos eran señalados como malos y los malos como buenos y benefactores del pueblo por sus monedas; eso sí, manchadas de sangre inocente: Hubo muchos judas, de corbata.
En la actualidad mas de treinta años después, con las series esas del carajo, que aun enturbian aun más una situación que no tiene nada que ver con la realidad, salen de héroes, puñeteros híbridos sociales, apagavidas, dais asco. Y os están esperando todos al otro lado, iros preparando, esta vida es corta, la otra una eternidad, así que os deseo un sufrimiento eterno, no hay perdón para híbridos sociales y apagavidas. Los condeno. Seguiremos. Un saludo amigos. Saúde e Terra.

Híbridos sociales (1)

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