Homo burrus

migos: “Los gendarmes van siempre de dos en dos, como la ley y la injusticia” (Edmund Dune). “La publicidad no es más que el ruido de un palo golpeando un caldero.” (George Orwell). “Un tren que parte, es la cosa del mundo más parecida a un libro que se acaba”. (Benito Pérez Galdós). 
Grandes hombres y homo sapiens de verdad, han ocupado un lugar en la historia determinante para que el mundo progresase de una manera constate y sin pausa hacia los avances tecnológicos que hoy en día disfrutamos. Muchos de ellos ni los conocemos, porque están en las manos del poder central, o del contrapoder de las agencias gubernamentales a nivel global  del espionaje de todo tipo. Es un  mundo subterráneo que como ratas de alcantarilla se mueven por todo el orbe, son los que organizan las guerras, los cambios de gobiernos, las caídas de las bolsas, la corrupción, las mafias, de drogas, armas y seres humanos, para uso y disfrute de otros como ellos. Bueno. Pues todo esto, no voy a decir que sean estos inventores y predecesores, los culpables de todo lo que pasa, pero sí que, gracias a ellos, las mafias de malhechores y depredadores a nivel global, se pueden mover a sus anchas, aumentando de manera progresiva e imparable sus fechorías de sangre, poder y capital en paraísos fiscales, que ahí están, sin tocar y aún con más poder. Porque forman una de las partes más importantes del engranaje delictivo de todo tipo. Nunca existirá nadie parido por mujer que les meta la mano hasta el corazón y termine con ellos. Es la barriga que esconde el resultado del acto delictivo que sea, desde un magnicidio, a un simple atraco a un furgón blindado. Y por otro lado es el talón de Aquiles de todos ellos, y también  la mejor y más barata solución para terminar con el crimen organizado, de toda índole y diría más, la única, y eso lo saben todos, los buenos y los malos. Pero unos porque no saben,  otros porque no pueden y los de mas allá, porque miran para otro lado y silban. El resultado de la ecuación es que el más tonto apague las luces al salir, y todo sigue igual. 
La raza humana, tiene fecha de caducidad. También se irán no solo los malos,  que por mí que le den morcilla. Y recomenzar, olvidando un mundo viejo, demacrado, triste, salvaje de palabra y obra, obsceno, paupérrimo, asqueroso, homicida, mal oliente, lleno de jóvenes que ya son viejos, y de viejos que quieren ser jóvenes, dubitativo que no sabe a donde ir, humillante, enmierdado hasta el infinito, colapsado de odio y venganzas, progresa a pasos agigantados si, pero ese progreso desmedido provocado por el capital.
 No se pretende un Mundo Feliz, no, para nada. Se pide un mundo para vivir en paz, nada más, coño. Pero ocurrirá, entre el cambio climático y el no cambio de la actitud  grosera del humano, y su nula humildad creyéndose un Dios. Y digo humano, ya no digo ser, porque creo que ya no quedan seres, tan sólo máquinas cuya idea única es amasar fortuna para tener más, gastar más y volver de nuevo la rueda. 
No soy adivino, pero sí veo como están las cosas, para los jóvenes les auguro veinticinco años más, de vida normalizada, a partir de ahí, irán por miles  cayendo, entre la negrura de un planeta antes diáfano y con su sol y su luna, sus mares, sus amaneceres y atardeceres, agua brotando entre cientos de árboles, otrora quemados, por los mismos seres que los plantaron y vivieron a su costa, hoy ennegrecidos esqueléticos, sin vida, lleno de animales muchos de los cuales hicieron patria, ayudando en las labores agrícolas, y les debemos nuestro respeto siempre, dejando su vida por nosotros, para avanzar y progresar. ¿Tanto, para qué? 
¿Para terminar con lo que tantos sacrificios nos han legado nuestros antepasados?, ¿para dejar un planeta tocado y hundido a nuestros hijos?, ¿para eso? Y una mierda, maldigo desde aquí al conformista, al que lo sabe y se calla, al cobarde, a los mal nacidos por no llamarle hijos de …. a todos aquellos, que han llevado a este planeta a su destrucción, porque ahora empieza la autodestrucción, del Homo Burrus, o Sapiens sin serlo.
 Desesperación,  y sobre todo ese maldito silencio que todo lo rodea. Yo me largo de aquí,  si puedo: Lo intento, pero mis fuerzas ya piden descanso y me tumbo. En el suelo quemado. Despierto con sobresalto asustado de la horrible escena que soñé. Y veo el sol que con sus rayos atraviesan mi ventana, alegría de vivir un presente idílico. Lo que viene en veinticinco años yo ya no lo veré y muchos de vosotros tampoco. Suerte que tenemos. Un saludo, amigos. Saúde e Terra.

Homo burrus

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