Tan mayores, tan niños

migos: “Muchas veces, la grandeza consiste en saber ver las cosas pequeñas; precisamente aquellas que los imbéciles tienen por cosas sin importancia” (Giovanni Papipi). “En la guerra el fuerte esclaviza al débil, y en la paz, el rico esclaviza al pobre” (Oscar Wilde). “El mundo es un escenario; pero la obra tiene un reparto deplorable” (Oscar Wilde).
El mundo tal como va se esta volviendo loco, y en ello incluyo a los que estamos en el reparto, unos personajes, a cada cual mas grotescos, y tampoco cargo las tintas en ellos solamente sino que la obra a estrenar, es aún más deplorable, se titula, a nivel mundial, El Poder del Dinero mueve la esfera terrestre, yo diría, que mueve toda la Galaxia. Tiene todos los poderes, todos sin excepción, hace y deshace a su antojo, da vuelta sobre cada uno de nosotros, y cambia todos los valores sanos, y en un abrir de ojos, somos nuestra sombra, convierte en lo que fuimos, en lo que ya nunca más seremos, nuestros propios dueños, el poder de este mal universal, ya lo tuvo un tal Judas Iscariote. Se quitó la vida, algo cobarde, pero honroso al mismo tiempo, con ese acto un arrepentimiento espontáneo. Que es de agradecer, no es que un servidor se alegre, pero razones tenía, y no seré yo quien se las demande. Si en ese momento algunos hiciesen lo que judas no seré yo quien se lo demande, ni tampoco me iba a poner a bailar un pasodoble, en su reciente tumba, aunque diría, hizo lo que tenía que hacer. No me ensaño con los que tienen fortuna ganada y sudada, todo ello hace avanzar el mundo, ese esfuerzo de músculo o de mente hace que hoy estemos en la era que estamos a punto de volar, no en un avión sino cada cual dirigiendo sus alas robóticas, e impermeables, no tardará, acordaros. Todo ello es inherente al ser humano, el afán de conquista de superación convierte una irrealidad en algo palpable, real en un abrir y cerrar de ojos, si viviera mi abuelo Andrés, o mi otro abuelo Joaquín, que se dirían uno al otro en estos tiempos así de repente, viendo lo que hay en tan solo 30 años de avances tecnológicos y de todo tipo, una pareja por la acera, no se hacen arrumacos como en sus tiempos, no que va, veían a esa pareja, con un móvil cada uno mandándose mensajes el uno al otro, diciéndose, cosas, pero ni se hablan ni se miran, es más, no saben el color de blusa o camisa que lleva cada cual. Queridos abuelos, sus relojes no son de cuarzo, se cargan por el sol, aunque llueva y encima son anfibios, resistentes hasta 20 atmósferas Hasta 20 metros bajo el agua, te marcan los metros que andas, las pulsaciones del corazón, ¿Y hasta con quien te vas a casar?, no abuelo, eso aún no, pero está a la vuelta de la esquina. En eso oigo un frenazo y un energúmeno aunque humano, se pone a decir improperios a mi abuelo Joaquín, y yo intervengo, para evitar que la mala leche de mi abuelo termine a bastonazos con el ultimo modelo de la serie de un Bugatti, 330, no sabía lo de los semáforos, azul, puedes cruzar, rojo parar, demasiado para ellos, fijarse en la lucecitas de las calles, en donde ellos jugaban, con un balón hecho de trapos, enrollados con unas cuerdas, no había coches, ni por supuesto, lucecitas rojas y azules, pero tampoco había polución, ni patatas fritas en bolsa, que es un veneno. Sus caras reflejan una incredulidad de niños viejos, o de viejos niños, y mi abuelo Andrés me pregunta con la pillería que acostumbra, oye nieto, mira, veo que todo el mundo lleva calzado raro, una tira, y ya andan, era verano, pues sí, y tienen más en su casa, cuando se estropean se tiran y se compran otros, ahh, ya, pues en mis tiempos cuando un zapato se descosía, se arreglaba.Y sucede con todo, el capitalismo, el poder de dinero, termina con el artesano con lo más sencillo que es vivir feliz. Y sin necesidades superfluas. Un horror, acompañé a mis abuelos hasta la parada del bus, con destino al más allá nos despedimos. Por cierto, te metí en el bolsillo un par de pesetas, a ver si te llegan para la semana, no le digas nada a tu abuela. Mi otro abuelo que fue músico en la banda de Vilagarcía, me regaló una clave de sol, que llevo colgada en el cuello y cuando se pone e color azul, es la señal que van a venir, debo estar atento, son una gozada, tan mayores y tan niños, los espero, y ellos a mí. Un saludo amigos. 

 

 

Tan mayores, tan niños

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