Vaya pájaros

Amigos: “La riqueza es un poder usurpado por la minoría para obligar a la mayoría a trabajar en su provecho” (Percy Bysshe Sehlley). “El dinero es una nueva forma de esclavitud, que solo se distingue de la antigua por el hecho de ser impersonal, de que no existe relación humana entre amo y esclavo” (León Tolstoi).
Los pájaros se tiran a las escopetas, adoro a los pájaros con alas, porque solo ellos saben lo que es la libertad. Y cuando vuelan muy alto, nos ven aún más pequeños que ellos. Por supuesto no me refiero a ellos cuando digo lo de los pájaros se tiran a las escopetas. Yo me refiero a otro tipo de pájaros, que no tienen pasado, y menos futuro, su vida o lo que les queda de ella, será errante, displicente, y con una culpa, que llevarán dentro hasta que sus huesos malformados, se pudran y si separamos la carroña que los rodea, que la hay y mucha, que también como cómplices ahora silenciosos, antes eran gallitos de plumaje sin brillo, y sin esencia en su interior, que corrompidos, por el olor del dinero, han dejado y vaciado su honra. Entiendo a un delincuente, que comete un error en su vida, lo entiende cualquier ser humano. Lo que no cabe en mi corazón es la recalcitrante y machacona insistencia delincuencial, de ese carroñero, que se divierte con el delito, se regodea con el destrozo ajeno y por ende, saca pecho, para comer cerillas y masticar ladrillos de doble hueco. No tengo el más mínimo de piedad para quien no sabe ni nunca sabrá lo que es eso, que diez o veinte hijos de su gran progenitora hayan exterminado toda una o casi dos generaciones de jóvenes porque un  mal día cometieron un error y probaron la sustancia que fue el punto y final de sus vidas.
Un servidor vio fallecidos ante mis ojos. ¿Creéis que esto se perdona?, lo siento amigos, mi misión ahora es despertar la conciencia humana de los afligidos, de los esclavos, y ofrecerles su libertad merecida. ¿Sabéis lo que me dijo uno de estos jóvenes, almas nobles y puras, un par de minutos antes de fallecer, entre balbuceos, dejarme ir, soy feliz, ya no tengo dolor, ni remordimientos, ni nada, pero dejarme, estoy de maravilla,  ya no se le volvió a oír nada más. Se quedo con los ojos abiertos. Ahora entendéis porque yo no tengo piedad ni capacidad de perdón para con los que son crueles y egoístas delincuentes, que para mas INRI, no sólo no se arrepienten del mal causado sino que encima alardean, de haberlo causado negándolo entre risas. Amigos, mi corazón está repleto de amor por todos ellos. Moscas cojoneras y cobardes, que antes les bailabais los chistes y ahora os escondéis como larvas dañinas, y encima salís hablando del tema en algún caso, como si fuerais los del lado de la razón. Como dije antes, no me escondo ni me callo, lo que tenga que decir lo digo aquí. La realidad es muy cruel, y no interesa, no vende libros o como quieran llamarle  estas historias de vaqueros, a los que de verdad saben escribir y leer, les interesa más saber las dos partes, una de muerte y miseria para muchos  y otra de un glamour lleno de lentejuelas baratas adornadas por una mala conciencia y corazón. No hace falta seguir la basura obscena llena de mentiras que se ve por ahí, porque los que sabemos la verdad, llevamos también la razón, por mucho que duela, mi honestidad, mi conciencia, y mi capacidad de darles amor,  me impide escribir de otra manera. Por mucho que lo intente, no di nombres, pero eso ya lo tengo todo a buen recaudo, y cuando me dé la gana lo expreso. Ya veo temblores por ahí, porque mi misión es y será defender siempre a las víctimas de esta canallada se mire por  donde se mire, seguiré si me dejan. Un saludo.

Vaya pájaros

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