El arte de la mentira

En la vida se puede tener más o menos arte para algunas cosas. Hay a quien esas habilidades le permiten hacer cosas extraordinarias y pasan a la Historia. Otros, sin embargo, en lugar de dones positivos han ido desarrollando capacidades oscuras, que a base de mucho entrenarlas, les hacen únicos. Me refiero a los miembros del actual gobierno socialista de Ravella. Por supuesto que no son los únicos, pero he de reconocer que son de lo mejorcito que hay en Vilagarcía a la hora de mentir y no sonrojarse.
Esta semana tuvieron que comparecer. A regañadientes, pero tuvieron que hacerlo, por la plaza de Galicia. Fue allá por abril cuando yo misma le pregunté al que suponía máximo responsable del área de Obradoiros de Traballo, que qué pintaban los alumnos arreglando el riego de la obra que iba para estrella y se les estrelló en las narices. Se me dijo de todo, y todo mentira. Hemos tenido que esperar a julio (¡desde abril!) para que tuviesen que reconocer que habían mentido. Tres largos meses en los que no han dicho ni palabra. Un trimestre callando lo que todo el mundo sabía. Un cuarto de año sosteniendo una patraña. Y sin inmutarse…
La verdad es que llevan desde antes de gobernar desarrollando esta cualidad. Una concejala de Urbanismo que fue acusada de plagio en unas marquesinas y que lo negó con papeles delante, comenzó su comparecencia sobre la plaza de las caídas asegurando que no hubo ninguna modificación en el proyecto. Y poco después desgranó hasta 4 cambios. Sin sonrojarse. La plaza que tenemos en el centro no es la misma que estaba pintada en los papeles del proyecto. Ellos dicen que sí, pero cualquiera puede comprobar que no. El problema es que nunca admiten un error. Ellos son infalibles. Y cuando se descubre que no lo son, mienten.
Mintieron cuando dijeron en campaña que Vilagarcía merecía un alcalde que no mienta. Mintieron con lo del riego (se les olvidó y punto). Mintieron con lo del Obradoiro, con lo del obelisco, con lo del VilaBlues, mienten con plaza de España, mienten en la práctica totalidad de las áreas del gobierno y aquí no pasa nada. Tengo claro que se les va a romper el gobierno de tanto mentir. No me puedo imaginar cómo se puede gobernar así, con esa facilidad para faltar a la verdad, porque ni entre ellos mismos se podrán fiar unos de otros. Claro que Vilagarcía se merece un alcalde que no le mienta a sus vecinos, pero es evidente que no se trata de Varela porque #YaNadieConfiaEnAlberto.
A este ritmo vamos a tener que pedir la instalación de un detector de mentiras en el pleno y en las ruedas de prensa. Es muy probable que pasen a la Historia de Ravella como el gobierno que más veces ha traicionado a la verdad y por lo tanto a la ciudadanía. Y siempre lo hacen para tapar sus miserias y fallos de gestión o para atacar al PP. Tengo claro que cuando haya que ponerle música al resumen de este mandato, el tema que mejor se le adapta es aquél de “Vamos a contar mentiras”, porque lo único que nos falta es que digan que van a hormigonar la ría de Arousa y que le van a poner acero cortén a la alameda. Lo de que “por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas” suena a juego de niños comparado con la lista de falacias que nos intentan colar semana tras semana. Un consejo: “No se crean todo lo que vean”, sobre todo si viene del PSOE de Ravella porque se coge antes a un gobierno mentiroso que a un cojo…

El arte de la mentira

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