Los expertos y el humo

Llevamos meses viendo cómo todos los gobiernos se han ido rodeando de diferentes expertos en distintas materias. El objetivo siempre es el mismo: que los que más saben aporten luz, ideas y recetas para salir de esta cuanto antes. Y es evidente que ha de ser así. Lo malo es que a lo largo de los últimos tiempos hemos visto que la ciencia no es exacta y que se han dicho y propuesto muchas ideas contrapuestas. Ahí, en la duda y en lo desconocido, reside la esencia del conocimiento, pero en tiempos de pandemia, nos volvemos impacientes…

Viene esto a colación por varios aspectos. El primero es el que se ha dado en llamar “autoridades sanitarias”. La OMS genera tanta información diaria que se han llegado a recomendar hasta cosas contrapuestas dependiendo de la semana y el avance del virus. Desde que nos preparásemos para una segunda ola todavía más dañina hasta apostar porque no llegaría a haberla. Es parte de la evolución y de saber cada vez más. Es normal, vamos. No se trata de una crítica. La segunda cuerda que nos ata a este asunto es el comité de expertos del que se rodea el Gobierno. Han hecho más esfuerzos por ocultar sus nombres y sus cargos que por difundir sus consejos. Los mismos que cuando no había mascarillas en el mercado y la transmisión estaba disparada no recomendaban su uso masivo y que ahora que lo estamos controlando y que hasta Varela ha conseguido unas cuantas!!! (imagínense lo que ha cambiado la historia), nos obligan a llevarla… quiero ser “bienpensada” y responsable…

Y la tercera, es la Xunta y sus sabios, a los que sí conocemos, por su nombre, méritos y por su cargo de responsabilidad. Si los demás estamentos hubiesen hecho lo mismo estaríamos más y mejor preparados. El gobierno de Feijóo se puso manos a la obra antes de que empezase a sonar esta atronadora banda sonora del 2020. Cada semana se reúnen los que más saben en Galicia en distintas materias. De ahí los resultados cosechados, la hoja de ruta clara y de anticipación, y el modelo, que ha ido marcando el camino por el que otros expertos a nivel nacional han ido cambiando el paso para acabar coincidiendo con los gallegos. Cosas de la ciencia…

Pero como siempre, tiene que haber quien a todo se oponga. Como una lija. Como un muro. Como un palo en la rueda. Gonzalo Caballero también quería tener expertos a su alrededor (no es para menos). La idea no es mala. Ni tampoco revolucionaria. Lo malo es que en las fotos de las videoconferencias se ven demasiados logos de su partido y pocos expertos independientes. Hombre, el primero en la lista es el diputado Torrado… Ser “experto” parece fácil, tanto como coleccionar puestos, pero es momento de ser serios. El gobierno de la Xunta, el primero que decretó luto oficial y que ahora lo amplía, ha ido aprobando medidas sin esperar por nadie, única y exclusivamente por las necesidades de los gallegos y las gallegas. Las últimas de la enorme lista son los 13 millones de euros para el nuevo Hospital Público de A Coruña, un plan de 210 millones para agricultores y ganaderos; otros 16 millones para subvencionar los costes del sector comercial, autónomos y pymes de adecuación a las nuevas medidas de protección; 8 millones más para suplementar los ERTEs de menor cuantía; un bono cuidado extraordinario de infancia (para la contratación de cuidado a los más pequeños), para mayores dependientes y personas con discapacidad… Se lo han recomendado sus expertos y se lo han ido aprobando los gallegos y gallegas cada cuatro años.

En Alcoa saben quién tiene la culpa y los ignora (de todos los ministerios implicados) y quién está de su parte en las distintas consellerías. Da gusto escuchar a Yolanda Díaz arremeter no hace tanto tiempo contra los ministros socialistas a los que ahora tiene que sostener o a los que ha sustituido pero no resuelto sus problemas… Me temo que los socios catalanes tienen más “atado” a Sánchez y por tanto los despedidos de Nissan irán antes que nuestros trabajadores de Lugo. Por Caballero tampoco esperen, que está liado con su máquina de humo y su fábrica de poner piedras en el camino. Será su particular ayuda al sector industrial. Pero sí tiene tiempo de retocar hasta los informes que le encarga a sus expertos. Ya se sabe que hay quien está por encima del bien y en posesión de la verdad absoluta. Es poco científico, pero da para filosofar un rato. Cuando dentro de poco tenga más tiempo libre puede conversar con el ministro Illa, ahora experto en Sanidad, pero conocido por ser  filósofo de carrera … Lo dicho: Sentidiño

Los expertos y el humo

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