La hoja de ruta

a pandemia creada por la COVID-19 ha trastocado todos los planes que habíamos previsto para este 2020. El que más y el que menos había planteado un año lleno de retos y de citas ineludibles, aunque este pequeño gran enemigo ha logrado cambiar las reglas del juego. Sin embargo también ha servido para demostrar quién ha llegado preparado a estas alturas del calendario y a quien le haría falta otros 21 siglos para ponerse al día. Me refiero, lógicamente, a que Feijóo (su gobierno y su gabinete de expertos) ha dado una lección de cómo gestionar lo hasta ahora desconocido a base de gestionar, trabajar y buscar soluciones.
Es cierto que el inestable panorama nacional no ha ayudado, más bien ha sido un problema añadido, con multitud de frentes por los que se descose el gobierno del desgobierno. Sin embargo, hasta en ese mar de dudas (y ahora también escándalos del “mando único nacional”), Galicia ha sido leal. Y responsable. Mucho. Hasta el punto de tener que morderse la lengua para no agitar más el avispero, ya bastante zarandeado desde dentro.
Lo que sí ha hecho el Presidente Feijóo ha sido dar la cara. Hemos perdido la cuenta de las veces que le ha hablado claro a los gallegos y a las gallegas. Y lo que no ha hecho es mentirles y venderles humo. Desde el principio tuvo claro qué iba a hacer y fase tras fase sigue marcando el camino. La hoja de ruta ha sido copiada por otras comunidades y la razón le ha ido refrendando paso a paso.
¿Sabía que la Xunta acaba de poner en marcha un “Plan de Reactivación e Dinamización da Economía Galega de 3.000 millones de euros”, que se unen a múltiples planes de distintas consellerías? ¿Y que acaba de activar otros 6 millones para seguir haciendo acopio de material sanitario y de protección? ¿O que ha hecho posible que los concellos contraten a 1.600 desempleados y que se puedan proteger más y mejor las playas?. ¿O que hay 16 millones para familias usuarias de centros de día?...
Lo que no ha hecho Feijóo es dejar a nadie atrás. Eso solo se consigue si durante los otros tres años y medio de tu mandato has puesto en marcha la maquinaria, que por suerte resiste este pico de estrés. Parece que alguno se ha inventado ahora la Renta Mínima Vital. En Galicia le llamamos Risga y existe desde hace 30 años… Así somos los gallegos. Poco marketing y mucho trabajo. El escudo social se hace a base de mejorar la Sanidad pública, como se ha hecho, antes y durante la pandemia. Se hace también con el Bono Coidado para los papás y mamás de los niños y niñas que no pueden volver, por seguridad, a las escuelas infantiles. Ya se hacía desde hace años con la Tarxeta Benvida o con la gratuidad del segundo hijo en las “guardes”. Si tienes una hoja de ruta, vas mejorando y protegiendo a los tuyos. Se llama responsabilidad.
Avisar al Ministerio de que en Alcoa hay una necesidad y un peligro manifiesto también es gobernar. Ahora vienen las prisas y los dramas. Cuando en la capital sólo giran el cuello hacia Cataluña y no hacia Galicia pasan estas cosas. Aquí llevamos pidiendo una movilidad entre provincias que llegará tarde porque no nos han hecho caso. Dicen las estadísticas que aquí nos contagiamos 12 veces menos que la media nacional. Llevamos manteniendo a raya los casos desde hace semanas y hemos adelantado a Canarias o Baleares, con mejores resultados hasta ahora. Estamos siendo responsables (más la ciudadanía que algunos políticos) y saldremos de esta. Y lo haremos porque hay una hoja de ruta. Seremos capaces de dar soluciones y blindar la seguridad de todos. Incluso seremos capaces de organizar una jornada electoral, la más rara y una de las más importantes de nuestras vidas con totales garantías. Será otro éxito para otro reto enorme. Lo que nunca va a cambiar es el compromiso con Galicia. Tengo claro que yo en mi equipo siempre quiero al mejor capitán y al que siempre encuentra la mejor solución. Estoy tranquila y orgullosa. Lo seguimos haciendo bien. Lo haremos mejor si cabe. Aquí no se baja la guardia ni un minuto porque estoy no ha acabado. Comienzan los “encuentros en la tercera fase”. Ahora, más que nunca: “Sentidiño”, que ya queda menos.

La hoja de ruta

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