No hay nadie al frente

Si hace unos meses nos hubieran pedido escoger a los responsables que quisiéramos para dirigir esta situación de crisis pandémica, sin duda, la macroencuesta no elegiría a muchos de los que hoy ocupan sillones con poder de decisión. Salvo excepciones, como en Galicia con el gobierno Feijóo (que a base de trabajar y proponer se ha ido ganando hasta a aquellos que antes le criticaban), hay quien en 50 días ha mostrado su verdadera imagen después de 5 años. No me refiero a Sánchez y su equipo, que podría, porque algunos de sus bandazos en cada medida nos han demostrado ser cualquier cosa menos expertos. Me refiero al alcalde de esta ciudad, al que ahora, cuando más lo necesitamos, ha dado muestras de inacción, falta de diálogo y sobre todo de piel muy fina. Para ser político de primera línea es fundamental saber encajar que puede haber quien no concuerda con tus ideas y tus (in)decisiones, sobre todo cuando nos va la vida en ello.

En Vilagarcía pasan las semanas pero no llegan las soluciones. Leo a diario con envidia cómo todos los gobiernos locales de la comarca se esfuerzan por proteger a sus vecinos con mascarillas, pantallas o mamparas. Veo cómo villas y ciudades del tamaño de esta, hacen acopio y reparto de ese material. Compruebo cómo poblaciones de mayor peso demográfico se las ingenian para trabajar y aparcar debates estériles porque su objetivo es buscar soluciones. Aquí seguimos como siempre: con un gobierno que no dialoga, endiosado en sí mismo, pasando de puntillas por los problemas, negando fondos para lo importante y dilapidando cuartos en hormigón y obras innecesarias, especialmente en estos duros momentos. Vamos, la política de los 80 y 90 en estado puro. Mejor dicho, en pleno estado de alarma.

Alberto Varela es además, el Presidente de la Federación Galega de Municipios y Provincias. Es decir, tiene contacto directo con todos y cada uno de los alcaldes y alcaldesas de la comunidad. La inmensa mayoría de ellos han dado pasos al frente, diversos y complementarios, para ayudar a los suyos. Lástima que el nuestro, que debería ser el que fuera por delante dando ejemplo en ideas y en apoyo a nuevas medidas (ya que fue elegido como su “jefe”) no haya aprendido nada de sus compañeros, por cierto, incluso de los de su propio partido.

Desde el PP de Vilagarcía hemos pedido mascarillas para todos y a regañadientes prometieron que darían para la población de más riesgo, pero siete semanas después y ya en plena desescalada, siguen esperando. Está bien, pero no llega. Pedimos desinfectar las calles de manera continua y extraordinaria y se nos dijo que no (luego mandaron un camión por el centro). Pedimos proteger los parques biosaludables porque se estaban utilizando suponiendo un foco de infección y pasaron olímpicamente. Pedimos ayudas para la pequeña empresa, la hostelería y el comercio y se nos dice que van a estudiar si hacen lo mismo que ya existía antes del COVID-19. Pero faltaba una bomba de palenque. En la primera Junta de Gobierno después de la pandemia el gran anuncio es… que van a hacer piscinas en A Concha!! ¿En serio?  El gobierno que dice que no va a gastar en material de protección y medidas ciudadanas se mete a organizador de concursos de ideas para hacer unas piscinas cuando no tenemos mascarillas para afrontar la desescalada? Ya sé que son fondos europeos pero es trágico que la primera gran medida sean unas piscinas. No doy crédito. Es el colmo del oportunismo más inoportuno. Solo podría ser obra de este desgobierno de concejales fantasma.

La próxima vez que tengamos que escoger políticos que nos puedan guiar en una crisis piensen en si quieren modelos que funcionan o mítines que duran 4 años y que piensan en el hormigón y no en las personas. Desproteger así a toda una población en pleno Día de la Madre, el icono de la protección humana, hace que todavía sea peor el ejemplo dado. Seamos más como las madres, que solo hay una y menos como este gobierno, que de esos sobran. Feliz día a todas las que hoy tenemos tanto que celebrar.

No hay nadie al frente

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