Los Presupuestos Generales de Cataluña

Dicen que a veces el peor enemigo de uno mismo es uno mismo en el pasado. Eso es lo que le ocurre a Alberto Varela día tras día. El que se presentó a las elecciones municipales de 2015 exigiendo “un alcalde que no mienta” parece haberse vestido de Jim Carrey en “Mentiroso compulsivo”. Al socialista le dura el valor de su palabra lo que un azucarillo en el mar: Nada.
Digo esto porque la hemeroteca es maravillosamente cruel con quien niega la evidencia y poco después niega la mayor. A Varela los Presupuestos Generales del Estado le parecían un “ninguneo” en abril de 2018 y pocos meses después, habiendo bajado los recursos de Galicia, O Salnés y habiendo desaparecido partidas específicas de Vilagarcía le parecen maravillosos. ¿Qué ha cambiado? Que antes los presentaba Rajoy y ahora Sánchez. Bueno, eso, y que la credibilidad del todavía alcalde está más diluida que el azucarillo de referencia.
Efectivamente es un papelón tener que salir a defender unos presupuestos que habrán sido redactados ya directamente en catalán, para que al señor Torra, que parece ser el que manda y ordena en Moncloa le suenen bien. Vender el alma a ese precio conlleva sacrificios y me imagino a muchos socialistas haciendo gárgaras para sacarse de la boca el mal sabor que deja tragar tanto sapo seguido. Cosas de los partidistas, que se ponen del lado de los suyos y en contra de la ciudadanía…
A Sánchez no le salen las cuentas. Se lo ha dicho Bruselas (poco menos que con cajas destempladas y entre caras de sorpresa por el borrador mal hecho que improvisaron). Aquí en Vilagarcía ya lo vivimos. Varela tuvo que echar mano del Pacto Antitransfuguismo para aprobar unos presupuestos que no convencen a los vilagarcianos. Y ahí están, aferrados al sillón (en Ravella y en Moncloa), malgobernando en minoría, sometidos por los caprichos de los nacionalistas, que a los suyos los presentan como socios útiles de gobierno aunque luego no se quieren subir a sus gobiernos y apenas salir en las fotos. En franca minoría porque no gozan del respaldo de los vecinos. Cometiendo errores, faltando a la palabra dada, arrepintiéndose ahora de lo que decían en oposición… y sabiendo que los feudos históricos del socialismo están hartos de ese socialismo rancio del siglo pasado, de desafío constante, complejo de superioridad y soberbia para mandar parar un tren (el AVE concretamente, en Vilagarcía. Ya! Señor Ábalos…)
Los “Presupuestos Generales de Cataluña” cargan la mochila de Sánchez de cadenas y guerras. No en vano han tenido que ir a prisión y a Waterloo a que los “rompepaíses” dicten líneas rojas y esteladas y que los de la rosa marchita pongan la cara. Y luego, aún por encima, todo el mundo les critica y le da la razón al PP. Que tengamos que pagar los gallegos y vilagarcianos los caprichos y desafíos catalanes es el colmo. Váyase señor Sánchez y llévese de paso a quien como Usted se cree por encima del bien y del mal y solo mira a sus ciudadanos cada cuatro años porque no ve personas, solo ve votos.
Es demoledora la hemeroteca. Y más lo será dentro de unos años cuando el paso de Alberto Varela por Ravella sea una foto desdibujada, en blanco y negro oxidado sobre un fondo de hormigón que se rompe a pedazos… Ya queda menos. Sobran los dedos de una mano para contar meses antes de que alguno en esta ciudad caiga en la cuenta de que su modelo está viejo y no funciona más que en su cabeza.

Los Presupuestos Generales de Cataluña

Te puede interesar