Un alcalde que no mienta

El 7 de mayo de 2015 Alberto Varela Paz abrió su Twitter. Justo aquél día, metido en una espiral de comentarios para que pareciese que el acelerón de su presencia en redes sociales venía de largo, ordenó las palabras para que a día de hoy suenen como una gran losa sobre su gestión. Escribió, con el olfato impregnado de electoralismo, que “Los vecinos de Vilagarcía se merecen un Alcalde que no les mienta”. Vaya!!

Una frase lapidaria donde las haya, sobre todo viniendo de quien, dos años después, es conocido por precisamente eso: Mentir. Lo hace en el pleno para que quede recogido en vídeo. Lo hace ante los medios de comunicación para que la hemeroteca siga aumentando. Y lo hace ante los miles de vecinos que le votaron y los muchos más que no lo hicieron para que el estilo no deje dudas. Mentir es duro, muy duro. Nosotros habremos cometido mil y un errores, pero no mentíamos. De hecho, cada decisión era radiada y amplificada hasta la saciedad para intentar desacreditar a un equipo que lo hizo lo mejor que pudo con muchos menos medios de los que hoy sobran en Ravella. Ahora todo es distinto. Ahora mienten hasta cuando los cogen con las manos en la masa.

Alberto Varela mintió en campaña. De hecho plagó su programa electoral de mentiras que siguen ahí, desafiando la paciencia de los vecinos. La osadía de prometer el “concejal número 22” suena a calamidad y a rellenar por rellenar. Lo mismo que con los “orzamentos participativos” o “la transparencia”. Pero le funcionó. Las mentiras, a base de repetirlas y creérselas, a veces funcionan.

Digo todo esto porque el alcalde miente en lo del PXOM. Miente y se esconde. Concretamente desde el pasado mes de junio miente descaradamente a medios de comunicación, oposición y ciudadanía. Es tal el concepto de Urbanismo que tiene (fue nuestro asesor jurídico del área) que de las pocas cosas de las que se podrá sentir orgulloso hasta ahora es de ampliar el cajón de su despacho. Ahora es tan grande que cabe, sin problemas de espacio, el PXOM, el cumplimento de las ordenanzas, los presupuestos y por caber, hasta el Obelisco cabe.

Estoy de acuerdo en que los vilagarcianos merecemos un alcalde que no nos mienta. Que no oculte que lleva paralizando y escondiendo su modelo de PXOM. No sé cuál es la razón porque no nos la dice. Le he pedido una reunión urgente y ni “por protocolo y cortesía”. Su portavoz dice que no ve necesario reunirse con el PP. No quieren dialogar. No quieren reconocer la verdad. No quieren sacarlo adelante. No quieren que se le descubra el pastel. No es cierto que tengan la puerta abierta…


Suscribo las palabras de aquél candidato de 2015 que dejan en evidencia al alcalde de 2017. Mentir es muy grave. Asentar una campaña sobre la mentira es injusto y cuestionable. Pero no reconocer que te han descubierto y seguir mintiendo… eso, no tiene nombre. Tiene delito, ¿pero nombre…?

Un alcalde que no mienta

Te puede interesar