¡Váyase señor Sánchez!

A Pedro Sánchez se le está poniendo cara de Susana Díaz. Y de Zapatero y de González, aquellos líderes del PSOE que se pensaron que gobernar era jauja y que ellos y los que les acarician la espalda son más listos, más guapos y mejores gobernantes que los demás.
A Pedro Sánchez se le está poniendo cara de perdedor. El “asaltador de Moncloas”, que accedió por la gatera de la puerta de atrás de la democracia pasará a la Historia de este país por varias cosas y todas ellas malas: El que fue presidente habiendo perdido todas las elecciones a las que se presentó; el que ha abierto en canal a su partido; el cuestionado por sus antecesores; el que estuvo dispuesto a vender a los independentistas la Ñ que nos hace únicos; el que tiene un don especial para buscar ministrables y alcaldables con más sociedades opacas y propiedades en paraísos fiscales que en esta gran nación; el que mintió a la ciudadanía prometiendo la luna y al final lo máximo que hizo fue fichar a un astronauta… El que mandó emisarios a las cárceles a negociar presupuestos hasta que esos presupuestos se lo han llevado por delante…
Hace una semana escribía en esta misma columna sobre la concentración de muchos miles de españolas y españoles en la plaza de Colón en Madrid que le pedían al gobierno que no vendiera a España (con o sin relator) y que adelantara las elecciones. Al día siguiente Sánchez dijo que bueno, que tampoco eran tantos y que de adelantar los comicios, nada. Pero una vez más, donde dije digo, digo Diego y el viernes anunció que el 28 de abril iremos a las urnas. Haciendo gala de su irresponsabilidad, mirando sólo su ombligo, su sillón y sus siglas, nos vamos a ver en poco más de un mes con dos campañas electorales y dos votaciones que nos van a costar un pastizal, pero qué más da, pagamos los contribuyentes, para eso están los impuestos que nos querían subir. Aun siendo así, la verdad es que es un alivio porque en poco más de 8 meses de gobierno socialista ya se empezaban a notar las consecuencias: aumento del número de ministerios y con ellos sus asesores, desaceleración económica (miedo me da, así llamaba Zapatero a la última gran crisis), aumento del paro, subida de impuestos, penalización al gasoil, subida del precio de las autopistas, subida del precio de la luz, vuelta a cambiar la ley de Educación… Vamos, que en poco tiempo se empezaban a destrozar todos los logros conseguidos por los gobiernos populares anteriores.
Menos mal que el PP convocó esa concentración y a Sánchez no le quedó más remedio que volver a recular. Eso sí, el próximo exPresidente es el único capaz de largarnos un mitin electoral el mismo día que le esculpen la lápida política. Un discurso plagado de medallas que no son suyas y de mentiras que evidentemente sí lo son, porque es el legado que deja “Pedro El Breve”. El mismo que dijo que iba a recorrer el país en su propio coche cuando los suyos le dieron la patada. El mismo que quiso aprovechar el sillón presidencial para desprestigiar al CIS con la “master chef” de sus encuestas y lanzarse a escribir un libro después de lo del asuntillo aquel del plagio... El mismo que permite que una voz autorizada de su gobierno hable de gobiernos “trifálicos” cuando lo que está de actualidad en el PSOE son los “trifásicos” como el de la cuñadísima de la Presidenta de la Diputación.
El próximo 28 de abril los españoles tenemos la responsabilidad de demostrar que somos capaces de anteponer la unidad del país a los delirios del de las Ray Ban. Eso le va a costar caro a Sánchez y a los que hasta ahora le aplaudían. Suenan ruidos de sables en Ferraz, unos afilan las guillotinas de la purga interna mientras otros sacan lustre a los puñales y borran fotos y tuits de sus perfiles… Como siempre digo, ya queda menos, pero cada vez es más pequeño el margen y más grande la ilusión de recuperar un gobierno serio, aquí y en Madrid. ¡¡¡Que comiencen los Juegos del Cambio!!!

¡Váyase señor Sánchez!

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