¿Y la Navidad para cuándo?

Vivimos momentos en los que todo se mide, todo se cuantifica y todo se compara. Lo malo de las comparaciones, odiosas pero casi siempre necesarias, es que si pierdes te deja un mal sabor de boca que no se endulza ni con todo el turrón de estas fechas. Viene esto a raíz de cómo entiende el PSOE que hay que decorar nuestras ciudades a estas alturas de calendario. En una misma provincia tenemos dos ejemplos claros y contrapuestos: En la ciudad “iluminada” del sur, sus gobernantes presumen de presupuestos millonarios para luces y decoración navideña, aquí los nuestros también presumen presupuestos millonarios, pero sólo para hormigón oxidado y experimentos fallidos de carriles bici (ya sé que rectificar es de sabios, pero tanto…)  Los mismos colores pero dos conceptos muy distintos ¿Será verdad eso de que hay varios PSOEs dentro del mismo PSOE?
Aquí en Vilagarcía parece que vamos varios husos horarios por detrás y que la Navidad no acaba de llegar del todo. Estos días escuchaba en plaza de Galicia: “¿Eso qué es?, ¿un paquete?... ya… ¿y el árbol?”. La gente identifica estas fechas con la imagen de un gran árbol iluminado. Cierto es que nuestro alcalde será siempre recordado por sus encendidos fallidos de árboles y quizás por eso haya querido cambiar en su último alumbrado navideño.
Cuentan las malas lenguas que ante las quejas fueron a comprar de urgencia un arbolillo que acabaron poniendo deprisa y corriendo en Rey Daviña en el que “tiraron” unos adornos sin xeito ninguno. Queda soso. Muy soso. E improvisado, como siempre, al mejor estilo “quiero y no puedo” o lo que es peor, “puedo pero no quiero”.
Me sigue sorprendiendo el nivel de autocomplacencia que tienen en el actual gobierno. No es fácil. Todo les parece el mayor de los aciertos. Luego charlas con la gente y notas que están desconectados de la calle. Normal. Estamos en la Vilagarcía que no piden los vilagarcianos, con proyectos que no eran prioritarios y que no convencen, con adornos navideños que no nos identifican… cada vez esta ciudad se parece menos a esta ciudad… cosas del modelo de algunos.
He de reconocer que tuve miedo a que el paquete de plaza de Galicia lo acabasen rellenando de hormigón, como muchos otros “paquetes” que nos ha dejado este gobierno para el futuro. Como si nos hubiéramos portado mal. Es el carbón moderno de los gobernantes socialistas. Y eso en el centro… que ya si salimos de la única parte que le importa al alcalde la cosa empeora. Ahora, que no saben qué hacer con el dinero que les llueve como nunca antes, han cogido un callejero y han puesto alguna bombilla en una calle por zona. ¿Están las zonas iluminadas? Hombre… si lo que quieres es que parezca que pusiste luces en todas las zonas…aceptamos barco. Si lo que quieres es iluminar en serio… bueno, es que este gobierno no se toma nada en serio…
En Vilaxoán están que muerden. En las demás parroquias están que trinan, eso sí,  en el despacho de Alcaldía están encantados. Cosas de la Navidad y su magia. Hay para todos los gustos pero una cosa está clara: A este paso los niños y las niñas de Vilagarcía van a acabar perdiendo la noción de cómo brilla una Navidad. Así se ha despachado desde esta Ravella socialista las últimas navidades que les quedan en el cargo. Ya queda menos. Ya sé que se está haciendo insoportable la recta final, pero cuando nos demos cuenta veremos en muchos otros Concellos las mismas caras que ahora tienen en Andalucía y entre ellos, Vilagarcía. El descalabro socialista viaja a la velocidad de la luz, concretamente de la luz de la Navidad. Ahí va el primer deseo de mi carta…

¿Y la Navidad para cuándo?

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