El PP juega al escondite

Veamos, que yo me entere. Resulta que ahora el Partido Popular dice que el juez Ruz buscaba en su sede pruebas contra Bárcenas. Pero resalta también que la policía encontró borrados los buzones de los ex tesoreros Lapuerta y Páez. Así pues, áteme esas moscas por el rabo. El portavoz del Grupo Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha se atrevió a aventurar que el registro de la sede del partido tuvo por único objeto el conseguir “pruebas” del enriquecimiento de Bárcenas.
Sin embargo, España entera cree que Ruz buscaba otras cosas. Por ejemplo, si el aparato pepero mintió en sus declaraciones. Cañizares, insiste, erre que erre, en que el PP “está a disposición de la Justicia y está prestando la máxima colaboración” al juez Ruz. Pero sea de ello lo que fuese, lo cierto y verdad es que los buzones de La Puerta y Páez aparecieron borrados. Pero es que hay más: el acta de registro refleja que la UDEF escaneó 5.068 folios relacionados con reformas llevadas a cabo en la sede del partido. O sea, un volumen muy superior a los 500 folios que el PP entregó en agosto, al juez, cuando éste reclamó toda la documentación relacionada con las obras que hizo en la sede la empresa Unifica, de las que se tiene la firme sospecha que, en parte, fueron abonadas con dinero negro, o dinero B. Y pegunto: ¿acaso estamos hablando de la cueva de Ali-Baba? ¿quizás andan sueltos por ahí “los 40 ladrones”? Pero Durán, abogado del PP, y Carmen Navarro, actual tesorera, dijeron a voz en grito y consta en el acta que “ninguna persona de la actual gerencia ni tesorería ha ordenado el borrado de los buzones de La Puerta y Páez, por lo que lo lógico es pensar que debieron ser ellos mismos los que, antes de marcharse, dieron la orden por que tenían funciones para ello.
Olé: muerto el burro, cebada al rabo. Y mientras, ¿la Cospedal? bien, gracias. A la espera de poder lanzar otro de sus exabruptos gramaticales. Total, que el registro no sirvió para nada. Lo pero de todo esto esto es que ya empezamos a causar escándalo en el extranjero.

El PP juega al escondite

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