Ganar tiempo

Nada es solo lo que parece. De la reunión entre Sáenz de Santamaría y Junqueras queda una apariencia de ocasión fallida visto que la vicepresidenta reiteró la imposibilidad de realizar el referéndum que reclaman los independentistas mientras que el vicepresidente de la “Generalitat” mantiene la exigencia de la consulta. Es lo que queda si nos dejamos guiar por las apariencias. Pero hay más.En primer lugar el valor político del encuentro. Que se realizó a petición de Junqueras. 
Nada que ver con el barbecho que caracterizó los cuatro años de la anterior legislatura cuando el PP gozaba de mayoría y Rajoy optó por dejar que los separatistas pasaran de las palabras a los hechos antes de acudir a los tribunales. El Constitucional le dio la razón. No está lejano el día en el que Mas y sus colaboradores serán juzgados por la celebración el 9-N del 2014 de una consulta ilegal. Hay cambio de estrategia por parte del Gobierno con el objetivo de trasladar a la opinión pública que la intransigencia está en la otra parte. 
Encerrados como están los separatistas en el círculo de su proyecto rupturista llevan tres años dejando a un lado los problemas de la gente. Y ese déficit ha sido diagnosticado por los nuevos partidos emergentes. Junqueras se ha dado cuenta del nuevo escenario y quiere jugar sus cartas aprovechando la fase de deconstrucción en la que se encuentra la antigua Convergencia y sobre Mas pende la sombra de la inhabilitación. Junqueras busca el “sorpasso” respecto de los convergentes. Quiere convertir a ERC en el primer partido de Cataluña. Todo indica que entre unas elecciones legales y un referéndum ilegal, optará por lo seguro. La apuesta es ganar tiempo.

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