Los partidos en reconversión

e pide una publicación extranjera un resumen de lo que ha sido 2019 en la política española y una proyección sobre lo que ocurrirá en 2020. Seiscientas palabras para publicar el 8 de enero. Les respondo que son pocas para calibrar tanto lío, tanta paradoja, tantas cuestiones sin sentido, como han ocurrido en el año que ahora termina, del que deberíamos aprender para no repetirlo jamás. Y les digo que, de aquí al 8 de enero, pueden haber ocurrido muchas cosas que en este momento desconocen hasta los principales actores.
Por eso me decido a iniciar aquí un recorrido, algo más completo que lo que he tenido que enviar, sobre los principales aspectos que nos cambiarán, si es que no la han cambiado ya, la vida política en los años que vienen, que son movimientos telúricos que no se iniciaron, pero se agravaron, en 2019. El año de los mil líos.
He de fijarme, en primer lugar, en un aspecto quizá menos abordado, pero a mi juicio muy importante: la reconversión que se está experimentando en los partidos, probablemente incluso en contra de la voluntad de esos partidos. El socialista que ahora ejerce el gobierno en funciones ha relegado hasta el olvido a los órganos de dirección en aras de una actuación más unipersonal del secretario general. Naturalmente, esto supone completar el giro ya iniciado con la victoria de Sánchez en las elecciones internas del PSOE, que marginó por completo la antigua concepción del partido fundado en 1879 por Iglesias Hoy, el PSOE es una formación que admite interrogantes sobre su futuro, aunque sea el más votado.
En el PP se ha experimentado una transformación no menor, aunque menos clamorosa. La victoria de Pablo Casado significó un rejuvenecimiento’ del partido y un fortalecimiento si cabe aún mayor del liderazgo unipersonal.
Sospecho que las polémicas soterradas con los ‘barones’ más importantes en torno al rumbo a tomar han sido más profundas de lo que parece.
Conviene insistir en que la propia y discutida portavoz parlamentaria, Álvarez de Toledo, sugirió, como los anteriormente citados, la conveniencia de acercarse al PSOE para facilitar su investidura, con contrapartidas, a cambio de olvidar tentaciones de acercamiento a independentistas y a Unidas Podemos. Todos, en el PP, miran más que de reojo a la no muy deseada compañía/rivalidad de Vox, que ha sido la gran novedad partidaria este año. Y también miran al ejemplo del hundimiento de Ciudadanos.
Unidas Podemos ha sido, con todo, el partido que ha experimentado mayores tensiones internas. Iglesias ha visto reforzado su liderazgo con los pobres resultados electorales obtenidos por Errejón, pesa a que ‘los morados’ se dejaron siete escaños. 
Y una de las grandes paradojas del año: Iglesias, pese al descenso electoral se encontró súbitamente beneficiado con un pacto con el PSOE que le puede suponer la vicepresidencia del Gobierno y tres puestos en el Consejo de Ministros,.
Lo demás se resume en un Parlamento fragmentado, en el ERC tendrá un papel predominante gracias su indudable éxito electoral y a la fuerza que le da ser el negociador que puede garantizar una inestable estabilidad para el nuevo Ejecutivo central de Sánchez, si es que finalmente se llega a ello, que es algo que veremos en los días inminentes. Claro que sobre esto, que es tan importante, habremos de explayarnos en los días sucesivos, que van a ser de enorme agitación política.

Los partidos en reconversión

Te puede interesar