Un hombre que cambió España

La historia de España cuenta con muchos nombres ilustres, desde luego. Nombres benéficos para la sociedad. Gentes que hicieron progresar las ciencias, las artes, la justicia. José Pedro Pérez-Llorca, mi amigo, que acaba de fallecer, es uno de ellos. Uno de los hombres que cambió España.

Perdón por la autocita, pero Pérez-Llorca –que en realidad se apellidaba Pérez Rodrigo– es uno de los protagonistas de un libro que pronto verá la luz y que él habría sido uno de los encargados de presentarlo: “Los abogados que cambiaron España”. Gentes que hicieron progresar la democracia, forzando las leyes durante el franquismo y pasando de la ley a la ley, como quería Torcuato Fernández Miranda, durante la transición.

Junto con Landelino Lavilla, Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona, Miguel Herrero de Miñón, García de Enterría y un puñado más de juristas, Pérez-Llorca fue uno de los máximos responsables de esta transición de la ley a la ley pasando por la ley que iba a desembocar en la democracia.

Fueron meses intensísimos de un trabajo no pocas veces supervisado directamente por Adolfo Suárez y sus asesores y pactado con la oposición socialista, comunista y de Alianza Popular. Un trabajo impagable porque era irreprochable: aquellos hombres de Suárez en menos de un año dieron la vuelta al Estado franquista como a un calcetín y a España, como luego resumiría Alfonso Guerra, refiriéndose al posterior trabajo reformador realizado por los socialistas, “no la reconocería ni la madre que la parió”.

Hay hombres que son buenos, hay otros que se esfuerzan por pasar por la vida sin hacer daño a los demás, y esos son al menos meritorios. Pero hay gentes que se ponen como meta dejar a sus hijos un mundo algo mejor de lo que ellos lo encontraron. Esos son los mejores. Aquellos hombres que cambiaron España instaurando una Transición de la que ahora algunos insensatos abominan, esos son verdaderamente los mejores. José Pedro fue, es, uno de ellos.

Un hombre que cambió España

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