“Mira quién se presenta”

Los líderes políticos que tenemos, y no solo en España, que no somos tan diferentes, están creando más frustraciones que esperanzas. Unos porque el espíritu de la corrupción les rodea por los cuatro puntos cardinales. Otros porque tratan de poner en manos de sus militantes decisiones que solo les corresponden a ellos. No pocos, con tal de seguir con su desafío, son capaces de llevar al precipicio a toda una comunidad. Algunos porque no se sabe dónde van. Y todos porque la deficiente organización de los partidos ni permite el crecimiento de nuevos líderes –el aparato, la maquinaria los ahoga para que no hagan sombra a los que ostentan o detentan el poder–ni tienen soluciones para los problemas reales. Orwell, el hombre que adivinó que un día estaríamos todos controlados, decía que “nada cambia mientras el poder siga en manos de una minoría privilegiada”. En la actual organización democrática –salvo una vez cada cuatro años– todo son minorías privilegiadas. Incluso cuando las minorías intentan dar voz a las mayorías lo hacen por intereses personales o para eludir su responsabilidad. Los ciudadanos no son el centro sino el mecanismo para alcanzar el poder.
Se está poniendo difícil elegir candidatos que tengan un currículo limpio. Incluso en Italia eligen  a un presidente del Gobierno, un ilustre jurista desconocido hasta para muchos italianos, y resulta que ha inflado el currículo como otros que conocemos entre nosotros. El presidente mundial de la consultora The Boston Consulting Group dice que “la sociedad necesita grandes líderes y esos están hoy en el mundo empresarial”. Es posible, pero ya me dirán qué empresario va a querer cambiar su empresa por la política, donde en menos que canta un gallo te descubren una corruptela o te asesinan por la espalda. El tamaño también importa. En España solo el 0,1 por ciento de las empresas tiene más de 250 trabajadores (cinco veces menos que Alemania) y solo un 0,6 por ciento de empresas medianas (cuatro veces menos que Alemania). El 99,3 por ciento de nuestras empresas son pequeñas y con esa dimensión es difícil ser competitivo. En política empieza a haber más chiringuitos que grandes empresas.
Ralph Nader, el activista y abogado estadounidense decía que “la función de los líderes es producir más líderes, no más seguidores”, pero aquí no se ha enterado nadie. Si de las empresas no van a venir, si los que salen de la Universidad no tienen claro ni el título ni el máster y si en la fábrica de los partidos hasta los becarios parecen tener un pasado corrupto, ¿de dónde van a sacar candidatos los partidos? De momento, Ciudadanos ha tirado las redes a todo lo que se mueve a izquierda y derecha y parece que se propone hacer un casting para poder llenar sus listas en toda España. Si alguien aspira a entrar en política, ya puede ir preparando el currículo, con certificado de que miren lo que miren no le van a encontrar ni el robo de una piruleta en la tienda de las chuches. Es posible que el próximo reality show que arrase en las televisiones sea un “Mira quién se presenta” y que allí los candidatos se busquen la basura y los telespectadores eliminen a todos los que parezcan esconder algo. Habría cola de partidos para llevarse candidatos inmaculados. Si es que existen.

 

 

“Mira quién se presenta”

Te puede interesar