“ANGEL FACE”

“Angel face”, en castellano cara de ángel o cara bonita, es el título de una película del denominado “cine negro” filmada en 1952 por Otto Preminguer (“Laura”, o “Anatomía de un asesinato”, entre otras maravillas del séptimo arte), protagonizada por Robert Mitchum y Jean Simomns, en la que él, perdidamente y a primera vista, se enamora de ella, acabando la historia muy mal, fiel al género; porque, en definitiva, ni somos dueños del destino, ni nada es lo que parece.
Qué me dicen de Pedro Sánchez, nuevo Secretario General del PSOE, en parte, gracias, precisamente, a un atractivo físico a primera vista fuera de toda duda. Cierto que una buena imagen importa, pero la belleza externa es una baza que se marchita y que sólo suele dar resultado cuando además va unida a un poder de seducción cimentado sobre cualidades intelectuales, y la capacidad de transmitir seguridad y generar complicidad con la gente. Incluso se ha dicho que todo lo que lo que prima facie te encumbra acaba in fine por destruirte.
Acuérdense sino del gran Adolfo Suárez, o del Felipe González de la primera época, con sus sobresalientes cualidades personales y el decidido objetivo al cambio político y social que la inmensa mayoría de los ciudadanos solicitaban; en tiempos, por cierto, todavía más difíciles que los de ahora.
Sin embargo, hasta el momento, alejado de estos arquetipos, el discurso de nuestro protagonista carece del carácter necesario en unas circunstancias en que ya no se trata de convencer a la militancia interna, sino de movilizar a todos los votantes, a todos los ciudadanos, decepcionados y descreídos al máximo por la situación económica y desigual que viven. Sin duda que el líder de PODEMOS, Pablo Iglesias, le supera con creces en esa “misse in scene” necesaria para captar la voluntad del votante en pos de una democracia real.
Con un gobierno que solo protege a la minoritaria clase pudiente, cercenando los derechos de las mayoritarias clases media y trabajadora, Sánchez tiene también ahora la oportunidad histórica de contribuir y consolidar ese cambio, acabando con una situación social y económica cada vez más miserable. De demostrar, en suma, que no sólo es “angel face”, sino también un buen político.

“ANGEL FACE”

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