Fuerocracia

Para disimular que vivíamos en una dictadura de cojones, el pollo aquél, inventó el Fuero de los Españoles, para que fuera como una especie de constitución que nos amparaba. 
Aquel puto engendro no era más que una retahíla de tonterías que, por un lado, nos daba algo y, dos páginas después, nos lo quitaba. La mayor diferencia es que Franco era Caudillo de España por la gracia de Dios, y hoy hay un rey a la buena de Dios. Y esto no lo mueve ni Cristo. 
Aquella “Constitución del 78” que ha pasado 37 años en la incubadora, larga a todos los que la vieren y entendieren (de verdad que lo dice así), mentiras, conachadas, y derecho a votar. 
Pero los votos no valen igual, porque el Víctor d’Hont jodió la pavana. Por eso, en Cataluña, del 68% de los censados que votaron, dijeron sí 1.957.34 (47,74% y 72 escaños); y votaron no 2.0087.057 (48,11% y 63 escaños). Conclusión: capamos a d’Hont, o cambiamos la Constitución: una persona, un voto