¡VAYA CUENTOS!

Ahí están sus cuentas. Podemos conntrastar los datos. Y ahí tenemos sus declaraciones y reflexiones sobre la corrupción que –nos, les– ahoga y, lo peor de todo es que veintitantos de cada cien de nuestros convecinos se los tragan y, anda ya, les ponen un final feliz que ni en las películas.
La verdad es que todos estos cuentos acaban con víctimas, sangre, sudor y lágrimas.
Vamos por partes: pese a los esforzados “cocineros” del CIS la primera preocupación de los españoles es el paro. Pero ¿no os dijeron, pecadores, 
Desde Fátima, del Rosario, hasta Mariano el del Apóstol, que el empleo está que se sale…?
Y es que las cifras facilitadas por Montoro, cuando el personal hace las cuentas, se convierten en cuentos. A saber: sube la inversión en la enseñanza… pero la cifra es insuficiente para asegurarse los parámetros de 2011. El aumento nos deja peor que estábamos el día que ganó el PP y subió al pódium el ministro Wert…
Sigamos: con el austericidio de los alegres responsables de la salud, elegidos por Rajoy y algunos ahora en la reserva , las cifras anunciadas no alcanzan para devolver el empleo a los 45.000 sanitarios que ellos se cargaron, ni para mermar las listas de espera. También aquí la cuenta es un cuento.
La Ley de Ayuda a los Dependientes es otro insulto a la inteligencia. Un 25% de los afectados seguirán sin recibir ayudas y si baja la cifra es que, los otros, hay que buscarlos en los cementerios.
Las cuentas en Educación tienen más agujeros que el traje de un pobre. El aumento de verdad, comparando las cifras de 2011 y las de hoy es del 0,2% y en este viaje han caído más de cinco mil docentes…
¿Vamos con la corrupción…? Además de esa lista de “ex” (así llama el partido popular a los que pillaron con las manos en la masa cuando eran cargos del PP) que ya pasa del centenar y por los que ¡ay, que risa tía Felisa!, en el partido están tristes, cabreados, hartos, rotos y llorando por las esquinas, aparecen otros –que aun no son “ex”– y que, según el juez forman parte de una operación donde “se cometían todos los delitos posibles…”
Gurtel, Púnica, Pokemon… una tupida red que servía para pagar las obras en las sedes,  sobresueldos, pagar los gastos electorales…
¿Quién ganó entonces?
Wert y su santa: piso en Paris, diez mil euros y barra libre.

¡VAYA CUENTOS!

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