La percepción de la Alcaldía

Todo es según el color con que se ven las cosas, pero a veces la vista engaña y no es lo que debería ser, ni estar lo que debería estar en su lugar, luego viene el disfraz del interlocutor con sus razonamientos poco claros y con muchas dudas en su repertorio, por tanto lo que podía parecer dejó de serlo para convertirse en una simple percepción de la alcaldía, pero nada más. No hay base ni fundamento en todo ello.
Esto viene a cuento del banco instalado en el desértico enlosado de la Dársena de la Marina-Parrote (antiguamente Perrote) que cumple una función distinta de la que hizo creer a los ciudadanos, es el banco de la discordia y a su vez de la concordia, muchos están descontentos por su puesta en el lugar que no cumple la función de seguridad que necesita la zona, si en cambio es un buen posadero para contemplar la bahía y a su vez un peligro para los deportes de riesgo que de vez en cuando se practican ahora y que se están poniendo de moda por parte de algunos ciclistas jóvenes que hacen trompos sobre las bancadas a gran velocidad con el riesgo de precipitarse al mar y llevar con ellos a algún que otro viandante que pasea entre el banco y el cantil.
De manera que si dicho banco cumple una función o más de una, no hace las veces de tener la zona asegurada contra las posibles caídas accidentales de personas a la Dársena, por tanto para completar la seguridad se precisa un vallado de dicho punto. Tras la construcción del túnel de María Pita no había contado con valla alguna, pero la situación de antaño nada tiene que ver con la actual, todo aquel espacio cambió y nada es igual que antes, por tanto las caídas pueden volver a repetirse en cualquier instante, no así el puntual despiste del operario que deja su furgoneta y se encuentra la misma en las aguas de la bahía, ahora se empotrará contra aquella extensa bancada.
La otra percepción equivocada de la alcaldía, es pensar que la bandera colocada de modo inconstitucional en el balcón de la Casa-Museo de Santiago Casares, en Panaderas, está dentro de la legalidad. No es así, dicha enseña se colocó con un motivo político que a nadie se le escapa, la celebración de la fecha histórica del 14 de abril de 1931 en conmemoración de la venida de la II República y en el fondo nada tiene que ver con dicho museo propiedad del Ayuntamiento desde el año 2001, la cual debe colocarse en el interior del propio museo, pero nunca en el exterior. Esto da pie a que cualquier otra persona ó entidad política, pueda hacer lo mismo con otras enseñas no constitucionales. Que otro razonamiento puede alegar la alcaldía para que esto ocurra, hay un precedente y todo es comenzar a ver una percepción que no es lo que debe ser, sino lo que no debía hacerse y se lleva a cabo sin pudor alguno. Los cargos políticos deben observar las leyes, y como la mujer del César. No solo tienen que ser honrados, sino que tienen que parecerlo.

La percepción de la Alcaldía

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