Problemas del Banco Popular

No hay día en que la prensa o los tribunales de justicia no refresquen la memoria de lo acontecido con el “Banco Popular, del que es posible que a partir de ahora se hable mucho más para aclarar lo que en realidad aconteció con uno de los bancos más serios y solventes de España durante el siglo XX.
En una comparecencia ante la Comisión del Congreso y con las limitaciones impuestas por el Banco Central Europeo –que supone un atentado contra la libertad y el conocimiento de lo qué ocurrió con dicha entidad– un inspector del Banco de España,aseguró que el Popular tenía problemas desde 2009. Esta revelación es un primer síntoma de que la caída del grupo no fue, como se contó, de un día para otro, sino que se gestó a lo largo de los últimos ocho años, sin que la autoridad bancaria y el Estado, así como la CNMV, tomasen medida alguna en defensa de los ciudadanos e inversores. Lo que deja a los gobiernos de ese periodo y a los dirigentes económicos contra las cuerdas por no intervenir a tiempo y solucionar el grave problema que se estaba descubriendo, quizás como consecuencia de la crisis del ladrillo y otras inversiones o anotaciones nada claras.
Sea lo que fuere, da argumentos a los arruinados accionistas para que inicien acciones legales para resarcir responsabilidades contra las instituciones que obviaron el problema, pese a tener constancia de él. No es posible que más de trescientos mil accionistas hayan perdido su inversión. Muchos trabajadores, pensionistas y gentes de toda clase invirtieron sus ahorros como un plan de pensiones a largo plazo, en la creencia de la seguridad de un gran banco, pero finalmente fueron engañados; incluso los grandes inversores, que se supone que tienen amplia y reservada información. De la noche a la mañana se quedaron todos ellos sin nada y muchos arruinados.
Este “affaire” es preciso aclararlo por lo que haya pasado en esos ocho años de transición hasta la quiebra absoluta. ¿Por qué no se hizo nada para intervenir el banco y sí, en cambio, se tomaron medidas con las cajas de ahorros? Esta últimas acabaron quebrando y dejando un gran agujero al erario público. Por lo que se puede apreciar, el Popular estaba tambaleándose, pero la autoridad económica y política no quisieron actuar. Ahora toca saber porqué.
Los accionistas deben ser recompensados por todo lo perdido. Ante esta nueva revelación, la justicia tiene que actuar con rigor y equidad en defensa de los que lo han perdido todo por una falta de responsabilidad de los que tenían y tienen la obligación de velar por el interés de los ciudadanos. Lo ocurrido es muy grave, si se tiene en cuenta la valoración de este técnico, Ignacio Pardo, que indica que la Inspección del Supervisor Nacional venía advirtiendo en sus informes, de que el banco carecía de provisiones suficientes. Esto aconteció ocho años antes de regalar el Popular al Santander, por un euro simbólico. ¿Qué ocurrió en todo este tiempo hasta dicha entrega? Un expolio que se hizo a los accionistas. Ahora falta saber la verdad de todo lo acontecido.

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