Los sufridos pensionistas

 

Los jubilados que perciben su pensión no cobran todos por igual; van desde los 600 euros hasta los 2.100 y 2.600 euros mensuales. En el primer grupo son más de dos millones y el segundo unos 700.000 y este último grupo es el que más está creciendo. El problema de las pensiones dignas no está en este grupo. Lo más grave está en solucionar las pensiones de entre los 600 y 900 euros, que está llevando a la gente a malvivir en los últimos años de sus vidas, cuando han hecho un gran sacrificio para lograr el desarrollo y llegan ahora al nivel en que su disfrute no es el adecuado.
El Gobierno tiene la obligación de hacer un esfuerzo (no lo que se pueda) para actualizar las pensiones de este grupo tan desfavorecido para que la vida del pensionista sea más llevadera y no tenga que recurrir a las ayudas sociales, de amigos y familiares, después de toda una vida de trabajo. Cuando los políticos salen a explicar las pensiones hablan de una media, pero nadie cobra una media, recibe la estipulada. Para los de mayor cuantía esbozan una sonrisa al leerlo u oírlo; para los de menor, una burla, porque ganan menos de esa media. Por tanto, el político de turno no debe referirse a ello, porque es una fría estadística y el pensionista no come ni vive con ese argumento falaz. Viene a ser la clase más dejada de la política y la que más fuerza tiene a la hora de votar. En sus manos está el elegir a uno, u otro gobernante, todo es cuestión de cómo resulte tratado. Por medio de Ciudadanos, el Gobierno prometió una subida del 3% Pero en medio se coló el nacionalismo vasco y ahora será tan solo de 1,6%.
En España, las pensiones se hallan por el sistema de cotización laboral, de ahí las diferencias entre los cotizantes de empresas grandes, medianas, pequeñas y los sufridos autónomos, junto con las de los trabajadores públicos. En todos estos grupos hay grandes diferencias, que el Instituto de la Seguridad Social calibra a la hora de hallar la pensión de cada uno, pero el Gobierno debe instaurar por ley una pensión mínima que sea justa y digna para poder vivir y no malvivir. La baraja consta de cuatro ases y los mejor posicionados a la hora de percibir una pensión satisfactoria son los trabajadores de los grandes grupos, así como los dedicados a la función pública.
De modo que la pensión mínima en España no debería bajar de los 1.100-1.200 euros mensuales, para equilibrar una vida de pensionista sin graves problemas de subsistencia. Todo lo que esté por debajo de esta cifra es condenar a esta gente a llevarla muy al límite de sus posibilidades de una subsistencia digna. No puede ser que los políticos vivan una vida de lujo a su alcance y los pensionistas mal-vivan con sus míseras pensiones. No es justo, no es una equidad social, como tampoco es revalorizar las pensiones por un igual, ya que el que menos cobre, seguirá ahí abajo y el que más, seguirá viviendo mejor, aumentando la brecha de la desigualdad entre las pensiones mínimas y máximas. Es hora de hacer justicia con las pensiones mínimas y revalorizarlas a su justa medida social es posible, sí, pero hay que tener voluntad de hacerlo, reformar el modelo político y fiscal que necesita España. 

 

 

 

Los sufridos pensionistas

Te puede interesar