Una quita millonaria

e haga lo que se haga con esta anunciada quita millonaria, no será una solución al problema, sino que el propio problema seguirá existiendo. Las 17 autonomías deben al Tesoro Público, la friolera de 284.407 millones de euros, algo así como el 23,75% del PIB y la mayoría de este importe está en deuda del Estado. La noticia pasaría inadvertida sino fuese por que cabía la posibilidad de aplicar una jugosa quita autonómica de algo más de 170.000 millones, o sea, sobre el 60% del montante actual.
Al parecer, el Gobierno estudió dar una solución al problema de financiación que se hizo como se hizo y ahora no se sabe cómo amortizarlo por parte de las autonomías; sobre todo las más endeudadas, que son Cataluña con 73.831 millones, Valencia con otros 44.435 millones, Castilla La Mancha 14.313 millones, mientras que Baleares y Murcia, tienen una deuda de 9.049 y 8.604 millones, respectivamente.
Lo que se pretendía con ello es casi dar un premio a la mala gestión y perjudicar a los que han hecho un soberano esfuerzo en cumplir con sus obligaciones de pago. Esto conlleva un aviso a navegantes de que alcanzar el objetivo no compensa, es mejor ser un deudor profesional, ya que se obtiene un premio gratificante. A este paso, todas las comunidades dejarán pasar sus objetivos de déficit y tirarán por otra vía, endeudarse a más no poder y esperar a que haya una quita jugosa. Puede incluso ser lo más práctico, según se mire.
Galicia puede considerarse como una autonomía perjudicada, debido al cumplimiento de su compromiso en rebajar la deuda, que se sitúa en 11.137 millones y representa en 3,915% del total de la macrodeuda financiera autonómica, lo que la sitúa en el cuarto puesto de las comunidades que mejor lo han hecho. Por delante están vascos, madrileños y canarios, por lo que el Gobierno gallego no está de acuerdo con esta quita, si no hay una compensación económica al sacrificio de sus contribuyentes de no rebasar el límite establecido. En caso contrario se causaría un agravio comparativo, acompañado por una pérdida de millones de euros destinados a la financiación de las comunidades autónomas, sobre todo a las que cumplieron sus objetivos.
De modo que de llevarse a cabo dicha quita sería un mal precedente. Cosa que dejó bien clara el presidente de la Xunta, cuando dijo en Madrid: “Condonar, perdonar o dejar sin efecto la deuda va en contra de cualquier principio moral y económico”. Vamos que ha sido el propio Núñez Feijóo quien puso un poco de sentido común a lo que se pretendía hacer y con ello el Gobierno ha dado marcha atrás en su idea inicial para dejar las cosas en su sitio, evitando que el resto de las comunidades que han cumplido sufriesen un agravio comparativo. Su esfuerzo tendría que tener una digna compensación. 

Una quita millonaria

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