De nuevo Buero

Los Dioses  han arrebatado al mejor dramaturgo del siglo XX y añadiría los años de oro universal, a Antonio Buero Vallejo, del ostracismo en que le habían metido envidiosos enemigos. Un destierro político injusto. 
Un apartamento de los escenarios públicos y privados donde se representaban sus obras. Un hombre enfrentado como Dostowiesque el paredón. Los cantos de Píndaro lo elevaron a la gloria. Un poeta profundamente devoto a la vida, a la juventud, a la belleza y el brío… Pues ahora, a través de injusta y clamorosa espers Mario Gas, director del Centro Dramático Nacional, en colaboración con la R.A.E. y otros técnicos de reconocido prestigio, estrenarán el nuevo montaje de “El concierto de San Isidro” en el Teatro María Guerrero.
El brillantísimo acorde coral se estrenó en el Teatro Goya de Madrid 16 de noviembre de 1962 con dirección de José Osuna. De inmediato recibió los premios Larra y de la Crítica de Barcelona. La obra- dedicada a Victoria por su compañía y ayudas impecables- es una parábola en tres actos con roll de 23 personajes y vocerío popular. Actúan ocho actores ciegos. 
La obra se desarrolla a finales de verano y comienzo otoñal en 1971. “Vuestra idea, señor Valindin, es por demás extraña- aduce la priora-. Esos seis hombre habrán de ensayar mucho. Y aún sí, presumo que vuestro esfuerzo será baldío. Vos no sabéis lo torpes que son estos pobrecitos...”
La tragedia descansa en la esperanza. El teatro puede enfrentarse al hombre con su más honda realidad. Es su eco íntimo. El autor asume una labor crítica frente nuestras conductas mismas. Más allá de lo que sostienen las teorías de Berttolh Brecht acerca de necesitar de distanciamento psicológico para que la pontencia crítica no naufrague, necesitamos que no se vea disminuida la capacidad de reflexión...

 

De nuevo Buero

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