MIHURA, RENOVADOR TEATRAL

Pleno de acierto municipal merced al ciclo principal de teatro que mantiene en el Rosalía de Castro. Ahora dos funciones con “Ninette y un señor de Murcia, de Miguel Mihura, servida por el elenco Ruta y Teatro Circo. Vuelven los entrañables personajes de 1964 cuando cumplíamos veinticinco años de paz bajo el caudillaje de Franco. Sobre el escenario discurren las tribulaciones eróticas del murciano Andrés –magníficamente interpretado por Jorge Basanta–, que, tras una herencia recibida, corre a París buscando una aventura amorosa aquí vedada por el nacional catolicismo y las costumbres morales. Sistema de valores trastocado por la censura oficial y la represión psíquica. 
Mihura es un renovador del teatro español del siglo XX y, por consiguiente, sus obras conservan esa pátina actual que sobrepasa el paso del tiempo. Teatro humorístico de primera línea. Literatura neoconvencional que da otra configuración a la farsa. Diálogos con palabras huecas, tópicos otoñales, frases hechas. Que el público acepta complacido, pues las escucha como si estuviera en casa de zapatillas tomando una cerveza. ¿Argumento absurdo? ¿Ruptura del eje escénico? ¿Planteamientos inverosímiles? ¿Buscar la libertad arrebatada?
Ninette mantiene esa brisa que impedirá al protagonista salir del hospedaje y ver la ciudad del pecado. Cuando sale es ya para volver a Murcia, donde casará, acompañado también por los suegros –asturiano exiliado, republicano y tocador de gaita– varonil rol a cargo de Miguel Rellán. Urge recordar la pulcritud de Julieta Serrano como esposa. Javier Mora nos recuerda los brillantísimos y serios “cómicos” de nuestro género musical. Natalia Sánchez da consistencia a su feminidad seductora, pero abusa de latiguillos franceses que no se entienden. La dirección de César Oliva impecable y detallista con escenografía transparente y ventanal inclinado que permite contemplar perspectivas de tejados y casas.

MIHURA, RENOVADOR TEATRAL

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