Municipalismo: de Caballero a Jácome

dos alcaldes gallegos, por motivos distintos, han ocupado las noticias de apertura y primeras páginas de numerosos medios de comunicación. El de Vigo, Abel Caballero, por recibir una sonora negativa en el Congreso a su decisión, con su voto de calidad, de que el Gobierno pudiese utilizar el dinero de los ayuntamientos de la casilla de remanente o de ahorro. 
Y el otro, Gonzalo Pérez Jácome, por enrocarse en su sillón de mando e intentar resistir numantinamente al frente de una corporación, emulando la frase que hizo famosa en el Parlamento de Galicia Carlos Mella cuando dijo: “Luis Cordeiro e mais eu” refiriéndose a que los dos lucharían parlamentariamente unidos contra quien fuese. 
El líder de Democracia Ourensana, de los 27 concejales con los que cuenta la corporación municipal, tan solo él y otro que le es fiel defienden el feudo de la alcaldía sin que hasta el momento se vislumbre una solución para una ciudad que no se merece este tipo de políticos.
En cuanto a Abel Caballero creo que lo más lógico y justo sería dimitir de la presidencia de la FEMP a la que no supo defender pese a las recomendaciones, en forma de mensajes, que le hicieron llegar numerosos alcaldes incluidos muchos que pertenecen a su partido político. Su decisión fue más personal y anclada en el favor gubernamental a Pedro Sánchez, que en defensa de los intereses del municipalismo que es para lo que fue elegido por los alcaldes del territorio nacional. De todos modos, creo que Abel Caballero fiel a su máxima no dimitirá ya que está por encima del bien y del mal apoyándose en los votos conseguidos en la ciudad más poblada de Galicia, que le da alas políticas muchas veces demasiado grandes.
Sobre Jácome en mi ciudad natal todos sabían quién era y sus andanzas durante los tiempos de enfrentamientos políticos del otro lado de la acera y como si fuera el vengador solitario, utilizando para ellos una televisión privada y local desde la que salían toda serie de diatribas, insultos y soflamas. De aquellos polvos tenemos ahora estos lodos. Que los políticos gobernantes en el seno municipal y provincial se miren al ombligo. Entre todos dejaron crecer el animal político y ahora no saben cómo deshacerse de él.

Municipalismo: de Caballero a Jácome

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