Algo positivo de los incendios

Parece quijotesco decirlo, pero los incendios del día 15 que causaron tanta desgracia en aldeas y familias, dejaron algo positivo que infunde un poco de esperanza contra este maleficio que se cebó con Galicia.
Además de la ola de solidaridad de tantos héroes anónimos -“había que axudar, moita xente estaba en perigo”- y más allá de las manifestaciones a beneficio de inventario, Galicia exige cambios legislativos y actuaciones coordinadas para minimizar el impacto económico y ambiental, ayudar a los damnificados y elaborar un plan estratégico de reordenación del monte. Y algo se mueve en todas las administraciones que, sabedoras de que después del tsunami abrasador nada puede ser igual, se reúnen y trabajan en la dirección de coordinar respuestas a los incendios.
Por su parte, el Gobierno reaccionó rápidamente aprobando un plan de ayudas a las familias de los fallecidos y a los que perdieron viviendas y establecimientos agrícolas, comerciales e industriales. Con este minucioso plan, la Xunta cumple con su obligación de “gobernar” que empieza por ponerse al lado de la gente para paliar su desgracia y ayudarle a salir adelante. Hacerlo con rapidez era de obligada sensibilidad con los afectados y una muestra de visión política del Ejecutivo y de su presidente que demostraron haber aprendido la lección del Prestige.
Pero algo se mueve en la política gallega y el Gobierno debe dar un paso más en busca de un acuerdo para planificar el futuro de este sector. Publicaba los periódicos el viernes que Leiceaga, el portavoz del PSdeG, proponía “un gran pacto por la transformación de la política forestal y del plan contra incendios para que pueda empezar a solucionarse este problema de país”.
La disposición del líder socialista –después de la crítica legítima al Gobierno– a buscar alternativas para hacer frente a este problema endémico es un buen punto de partida para buscar soluciones conjuntamente para que catástrofes como esta no se vuelvan a repetir. Solo falta que el presidente coja el testigo.
Si PSdeG y PP abren el camino del diálogo, suman a los otros partidos y escuchan a los técnicos y a los propietarios, están poniendo los cimientos para que en esta Galicia quemada vuelva a nacer la hierba y la esperanza de dejar a las próximas generaciones un monte reordenado y productivo. Que nunca olviden que solo con las ideas y colaboración de todos se consigue derrotar al fuego, un enemigo hasta ahora invencible.

Algo positivo de los incendios

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