Cooperativas unidas

La decisión de Feiraco, Melisanto y Os Irmandiños de “unir sus fuerzas” para constituir una unidad superior que potencie las fortalezas del campo impulsando la reestructuración del sector lácteo es, sin duda, la mejor noticia que se ha producido en Galicia en este otoño atípico.
El devenir del campo gallego estuvo profundamente marcado por el minifundismo, sobre todo el “mental” tan arraigado en las entrañas de esta tierra –también en las ciudades– que tiene su expresión más genuina en el “síndrome del tractor”, un tractor en cada casa parado casi todo el año porque los vecinos eran incapaces de ponerse de acuerdo para comprar uno entre todos y para todos que sobraba para prestar servicios a toda la aldea.
Cuando Europa nos abrió las puertas cambió todo. Desaparecieron miles de pequeñas explotaciones, se reagrupó y especializó el sector que las directrices comunitarias obligaron a modernizar, aparecieron las industrias, las cuotas… Es verdad que la negociación con la Comunidad fue mala, pero lo mejor que trajo Europa fue el cambio de mentalidad en los agricultores que tomaron conciencia de la dimensión de sus problemas y de la necesidad de agruparse para hacerles frente. En este sentido, se fueron dando pasos importantes, aunque insuficientes dada la complejidad del mercado y la inacción de los distintos gobiernos.
Ahora llega la decisión de estas tres veteranas cooperativas. Es una delicia escuchar las razones que aportan los responsables de Feiraco, Melisanto y Os Irmandiños para su integración: adaptarse a los nuevos escenarios económicos buscando dimensión para ganar competitividad; prestar más y mejores servicios a los asociados y a menor coste; aprovechar complementariedades y generar más economías de escala; unidos para tener una voz potente que se deje oír con fuerza en Galicia, en España y en Europa; ganar capacidad de comercialización para acceder a nuevos mercados; poder emprender proyectos que en solitario no serían factibles…
Cooperación, innovación, búsqueda de sinergias, aunar voluntades y esfuerzos para hacer más y mejores cosas. Es el nuevo lenguaje que anuncia un ambicioso proyecto que invita a soñar, abierto a otras cooperativas que lo hagan más fuerte. Ojalá acierten y que esta fusión sea el preludio de que el olvidado campo gallego, que genera riqueza y empleo y sostiene a un importante volumen de población, llegue a ser europeo en Galicia y mantenga su galleguidad en Europa.

Cooperativas unidas

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