Las pensiones en campaña

Los políticos buscan como locos el voto de los pensionistas con quintales de demagogia y sin decirles la verdad y, no es por asustar, pero el futuro de la pensiones es alarmante. 
Alarma por el gasto creciente que genera el aumento del número de pensionistas, más longevos y sin recambios, y los ingresos recaudatorios menguantes a causa de la precariedad salarial. La consecuencia es el multimillonario déficit de la Seguridad Social que va in crescendo. 

Alarma la irresponsabilidad de los políticos que en febrero se levantaron de la reunión del Pacto de Toledo –creado para asegurar la sostenibilidad del sistema– “por razones meramente electorales” sabiendo, como sabían, del aumento mes a mes del gasto en pensiones.

¿Y el Gobierno qué hizo? Pues acordó revalorizar las pensiones al IPC, las mínimas un 3 por ciento y las de viudedad un 4 por ciento, pero sin introducir cambios en el sistema y sin memoria económica. Reclamo electoral puro. Dicho en román paladino, el que venga detrás –que pueden ser ellos mismos– que arree.  

Cómo vería las cosas de negras Octavio Granados, secretario de Estado para la Seguridad Social que de esto sabe, que en diciembre decía “estamos rezando para que no haya desviación de la inflación y no tener que dar la paguilla a los jubilados”. Cuando en marzo abogó por limitar las futuras pensiones de viudedad en caso de que el cónyuge superviviente cobrara más que el fallecido, fue desautorizado por la ministra Valerio que ya estaba en precampaña electoral. 

También son preocupantes las palabras de la ministra Calviño. Después de la subida, llama a los partidos a un proceso de reflexión sobre la Seguridad Social en el marco del Pacto de Toledo para hablar de medidas que garanticen la sostenibilidad de las pensiones a largo plazo que, añadió, “a corto plazo no hay que poner en duda”. La pregunta es qué entiende la ministra por “corto plazo”, ¿un año, dos años…? Esa es la cuestión.

Las pensiones son asunto de Estado. El Gobierno que salga del 28 y la oposición deben  quitarse el velo partidista y buscar una solución rigurosa para su sostenibilidad que, con la tendencia actual de población y recaudación –y crecimiento económico a la baja– es inviable, gobierne quien gobierne. 

Por tanto, más importante que subirlas es garantizar su viabilidad antes de que la caja de la Seguridad Social se vacíe y la deuda ya no se pueda aumentar. Porque con estas premisas lo único seguro es el recorte de las pensiones.

Las pensiones en campaña

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