No ofende quien quiere…

El último barómetro del Real Instituto Elcano –mayo, 2017– concluye que la imagen de España en el exterior mejora, obtiene un notable alto codeada con otras naciones de nuestro entorno. El tópico de país ocioso y poco trabajador baja considerablemente entre los encuestados que la describen como país rico, moderno, acogedor y buen destino vacacional, que tiene grandes empresas y a Zara como la mejor marca.
Pero no todos nos ven así. Chris Haslam, redactor de viajes del periódico “The Times”, publicó el 21 de enero el artículo “Cómo ser español” y recupera viejos estereotipos sobre España. Según él, ser español equivale a ser “gritón, maleducado, desagradecido e impuntual…, entrar en un bar, abrazar a desconocidos, gritar “oiga” al camarero y arrojar al suelo todo lo que no puedas beber o comer”. El periodista recurre a otros tópicos sobre los españoles como “la necesidad de maldecir como un soldado, beber vino tinto frío y llegar siempre tarde, salvo si le está persiguiendo un toro”.
El artículo, que algunos interpretaron en clave de humor, provocó airados comentarios en la red. Lo que más indignó a los tuiteros fue el “aviso” que el autor da a los ingleses que viajen a España: “olvídate de las nociones de cortesía anglosajona, de la discreción y decoro”. Por esta arrogancia le llaman “desfasado, cateto, ignorante o maldito hooligan” y le recuerdan el balconing y las borracheras de sus compatriotas, las falsas intoxicaciones para estafar a los hoteleros y otros excesos.
Es posible que Chris Haslam escribiera el artículo en tono humorístico e incluso para alcanzar notoriedad en España, pero es un texto ofensivo para los españoles. Es curioso que dos días después supimos como practicaron “la cortesía anglosajona” de la que presume los 360 personajes del mundo de las finanzas, los negocios y la política: acosando sexualmente a 130 jóvenes azafatas en una selecta cena benéfica en Londres. Ya se sabe que los ingleses son muy dados a ocultar sus miserias y magnificar sus éxitos.
Blas de Lezo derrotó al inglés Edward Vernon en Cartagena de Indias y el valiente marino español fue muy expresivo con la frase lapidaria “todo buen español debería mear siempre en dirección a Inglaterra”.
Igual de expresiva es la sabiduría popular del refranero español que ante artículos como este sentencia que “no ofende quien quiere, sino quien puede” o “no hay peor desprecio que no hacer aprecio”. “Ni caso”, decimos ahora en lenguaje coloquial.

No ofende quien quiere…

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