A JOSÉ CAMPAÑÓ LUNA (Q.E.P.D.)

Querida familia, la muerte agazapada e imperturbablemente todos llevamos encima abandonó en la noche del viernes su silencio y su cautiverio para sustituir, sin piedad, la vida de vuestro ser querido José Manuel Campañó Luna. Y, como casi siempre, esa sombra de la vida apareció en él, cruelmente. Si efímera es la vida, la muerte, sin remordimientos, es su eterna prolongación. Hoy, más que nunca, os acompaño, querida familia, aunque no lo mitigue, en el dolor de tan triste situación.
Querido amigo Campañó Luna, mi simpatía y mi respeto hacia ti es una efímera parte de lo que supone el propio y merecido valor de cuánto amor dispone tu familia para ti. Pero debo confesar que fue necesario conocerte para poder decirle al mundo, entre otras cosas que sólo tu familia sabe positivamente de ti, cuánto entusiasmo mostrabas por ser aviador y cuán feliz eras pilotando tu avioneta ULM. Y no alcanzo a medir cuánto empeño pusiste en tener un Campo de Vuelo Deportivo. Mucho!
El viernes, a ras de suelo, se cercenó tu vida con el Campo de Vuelo Deportivo como testigo de tu abandono. No te dejó solo en esos momentos tan duros, así es su agradecimiento. Sé que fue el destino quien quiso que allí ocurriese, sí, allí en donde te llenabas de vitalidad, en lo que en principio había sido un sueño y que luego convertiste en realidad: un Campo de Vuelo Deportivo del que siento y deseo que lleve tu nombre y así podamos leerlo orgullosamente los que aún estemos vivos y que te conocimos.
Sé que has emprendido el último vuelo desde ese sueño hecho realidad, espero que tu destino sea el que has querido siempre.