UNA MUJER COMPROMETIDA

No sabía decir que no. Sin proponérselo, la mayor parte de su vida la dedicó al servicio de los demás. Era propietaria de varios bienes inmuebles y acogía a las personas que no tenían donde morar, convirtiéndolos en auténticos hogares para sus habitantes. Aprovechaba su local de hostelería para que nadie se quedase sin un plato de comida caliente que poder llevarse a la boca. Los sin techo y con escasos recursos lo sabían y no dejaban de visitarla asiduamente. Eran otros tiempos y la asistencia social no estaba tan enraizada entre la población.
Una mujer muy comprometida con su entorno más cercano. Con pocos medios era quien de cubrir las necesidades básicas de muchas familias, como ofrecerles alimentos, un techo y mucho cariño. Era consciente de que todas esas personas no tenían culpa de nada eran simplemente víctimas de las circunstancias. Siempre consolaba al que iba en busca de ayuda. Alegre y sonriente, transmitía ilusión al triste y al desolado. No era una mujer de su tiempo y ya pensaba en articular medidas para poder ayudar a más gente que lo necesitaba. Vivió para los demás, nada pedía para ella. Fue feliz mientras pudo ayudar y los últimos años de su vida se mantuvo alejada del mundo exterior, dedicándose completamente al cuidado de su marido enfermo.   Alguno de sus hijos aún se llegan a emocionar cuando le hablan de la labor solidaria de su madre, pero ya nadie seguirá sus pasos. Que descanse en paz, allí donde se encuentre, y que podamos seguir su ejemplo. 
 

UNA MUJER COMPROMETIDA

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