Sálvese quien pueda

La frase filosófica de Hobbes, “el hombre es un lobo para el hombre”, está cada día de más actualidad ante las innumerables situaciones y actitudes que se producen, cotidianamente, en nuestras comunidades de vecinos, barrios, pueblos y ciudades. Hobbes, señalaba también entre otras cuestiones que “el estado natural del hombre es la lucha continua contra su prójimo”.

Los sentimientos de desconfianza y los pensamientos negativos que muchas personas tienen sobre los demás semejantes están convirtiendo a nuestra sociedad, metafóricamente hablando, en un verdadero “campo de batalla”, donde el más fuerte trata de atrincherarse y alejarse de la realidad, creándose un mundo paralelo, fuera del cual todos los demás son sus enemigos a los que hay que vencer, a cualquier precio y por cualquier medio a su alcance. El fin justicia los medios. 

La empatía, la solidaridad, la complicidad, la buena fe …, entre otros, son valores trasnochados para demasiadas personas. El “sálvese quien pueda”, como modo de vida, impera en demasiadas familias, grupos empresariales o colectivos sociales en general, convirtiendo a las buenas personas en seres humanos con alguna patología o simplemente como meras piezas de museo.

Todo por la familia; los trapos sucios se lavan en casa; lo único que me importa soy yo mismo; quiero tener y tener, amasar y amasar cuantas más cosas mejor; no me importa lo mal que lo está pasando el vecino, es su problema, son algunos pensamientos y la filosofía de vida de demasiadas personas que no ayudan a seguir construyendo un mundo mucho más humano, más justo, más solidario y más soportable para todos.

Sálvese quien pueda

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