¿Acabó la penitencia?

Y es que ya ondean las banderas y no circulan los capirote a golpe de tambor (hay, eso sí, tontos de capirote por todas partes) y esos píos ministros que nos devolvieron al nacionalcatolicismo firmes en el ademán, recordándonos que todavía circulan por la democracia orgánica, vuelven a sus despachos para, ay, ay, ay, que los ciudadanos sigamos cumpliendo la penitencia por el pecado de haberlos aguantado tanto. España es otro país, piaba “El País”, al comprobar que el franquismo está a la vuelta de la esquina, pues son muy poderosos los que no quieren doblar esquina, con lo bien que les va. Ya dijo el papa Francisco que siente vergüenza de los que han perdido la vergüenza. Son los que ya Su Gran Jefe llamó sepulcros blanqueados.
Mientras el Cristo de los pobres era sacado en andas, el Tribunal de Cuentas hacia números rápidamente y dejaba fuera de las cuentas de la Iglesia la mayoría de sus ingresos y beneficios públicos. ¿Es un camino para llegar al cielo? Por aquí, en gallarda procesión, andaba Rajoy “descansando un poquito”, pero sin tiempo para reunirse con las víctimas de Angrois, que llevan más de un año pidiéndole una cita.
Y mientras, en las calles tambores de guerra. Seis millones y medio de pensionistas vuelven a “procesionar”, pues, aunque viejos no tontos, han visto las trampas –Montoro las llama zanahorias– de ese parche electoral con que Mariano quiere recuperar los votos de uno de sus caladeros. Aquí, vocea el secretario del PP gallego, uno de cada tres gallegos beneficiados con ese maná –¿está de coña?– hay más que recibirán el 3%, pues son más los que menos perciben hoy. No es para echar cohetes. Galicia tiene, además de los sueldos más bajos, las pensiones más insignificantes…!
Y eso lo saben los jóvenes que vuelven a emigrar a pesar del “Galicia en el buen camino”. Eso: camino de Suiza y Gran Bretaña… Un informe del Defensor del Pueblo presentado a las Cortes, resalta que en 2017 las consecuencias de la crisis incrementaron la pobreza y la distribución de la renta. Continúa nuestra penitencia: España invierte menos en educación que antes de la crisis, pese a que aumentó su ayuda a los colegios concertados, el recorte supuso cuatro mil trescientos millones, ahora, reñido por Bruselas, pues no cumple su promesa de reducir el déficit, prepara otra zanahoria que se comerán los colegios privados. Y en Madrid que ya le buscan sustituto a Rajoy. Pero es otra historia…

¿Acabó la penitencia?

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