El parto de los montes

Costó y fue con “fórceps”,  pero dentro de las normas del nacional-catolicismo. Y es que le “hicieron la tenaza”. Podemos citar como padre al PP y de padrino al Ciudadanos, aunque quiera desmarcarse mirando hacia otro lado. Sin él, no habría ni bautizo para eso que, sin duda, es un gobierno Frankenstein por el miedo que da, y retomando una expresión muy querida por la derecha (ahora hay que decir derechas) para arrojársela a los demás. Ya les advierto DE que al bautizo solo pueden acudir españoles de bien (¿y cómo hacemos con los Smith de turno para incorporarlos a nuestras costumbres más queridas?) 

Ya saben: toros, caza –también de brujas que retrocedemos a la Inquisición– navidades, rebajas de El Corte Inglés e insultos a los árbitros, por citar unas cuantas del prontuario conocido o, peor, que vamos a conocer pronto. Y esperen un poco para reivindicar el color azul para niños, aunque seguramente se llevará también mucho el naranja.

Saldremos ganando con los puentes si se añaden a las fiestas patrias la celebración de la batalla de Clavijo, la cristianización de las Américas y los triunfos de la roja (coño, eso no) quiero decir los triunfos de la selección roja y gualda. Pues sí, del asunto ese del parto, salió presidente del PP que, si se consulta su currículo, fue menguando con el paso de los años, según nos descubre Diario.es      

Y es que 2019 se presenta chungo: suben una pizca los sueldos, pero no se alegren demasiado que es para compensar con los servicios que serán más caros: telefonía e internet, carburantes, peaje de las autopistas y Renfe y, de momento algunos ayuntamientos congelan el precio del bus y del metro. Pero eso no llega.

Estamos congelados con el porvenir que está a punto de llegar al galope de la reconquista que, en realidad, es una vuelta atrás, una reforma con alevosía y premeditación que permita dar la vuelta a la Constitución pactada en el 78. Lo mejor que pueden hacer con esa Constitución que tanto nombran es quererla más y ayudar a cumplirla. Dejarla estar, como un adorno y no dejarla evolucionar para seguir siendo un instrumento útil de entendimiento para encarar los nuevos desafíos que nos rae el paso del tiempo.

Y todo esto sucede en un mundo lleno de incertidumbres y riesgos que van desde un anunciado recalentamiento de la economía mundial hasta la deriva de muchos países europeos apuntados al autoritarismo. Y nosotros-ustedes, en medio.

El parto de los montes

Te puede interesar