Entre infierno y cielo

El arzobispo de Santiago, monseñor Barrio, exige tolerancia cero con el abuso sexual a menores y anima a reconocer y condenar las atrocidades cometidas por clérigos, mientras la Asociación de Abogados Cristianos calla ante esas atrocidades mientras persigue a los cómicos olvidando que su jefe dijo: “Pobre del que escandalice a un niño. Más le valdría atarse una rueda de molino al cuello y tirarse al río”. También Jesús llamó a muchos de sus seguidores “sepulcros blanqueados” reprochándoles su hipocresía. Ahora “blanqueamos” bombas: España duplicó la venta de armas a Riad con la guerra del Yemen.
Un río de sangre es el causado por las bombas aunque estas sean inteligentes (dijo Borrell) y den trabajo, pues rebaja los límites de la moral de un Gobierno. Algunos cínicos escribieron que el realismo rectifica otra vez a la ideología. Los mismos que afirmaron que están –las ideologías– pasadas de moda. Modas aparte pongámonos al día: el prior del Valle de los Caídos vinculó la exhumación de los restos del dictador con el demonio en el curso de una procesión.
Ese mismo día Luis Alfonso de Borbón se convertía en portavoz de la familia Franco y aceptó ser vitoreado como rey por los nostálgicos del dictador en un acto promovido por el Movimiento por España, que rechaza el decreto ley del Gobierno, votado por el Parlamento con la abstención de PP y Ciudadanos. Esa asociación se dedicará a promover el conocimiento y pensamiento de Franco. Luis Alfonso vive generalmente fuera de España y es yerno del propietario de uno de los bancos más importantes de España con una fortuna estimada en más de 850 millones de euros que muchos venezolanos atribuyen en parte gracias a su amistad con Hugo Chávez. Recordemos que a Luis Alfonso de Borbón los monárquicos franceses lo consideran el legítimo heredero a la corona, mientras los españoles que defienden la figura de Franco se han apresurado a ungirle como salvador de los valores de la patria, según nos cuenta en un artículo Maite Nieto publicado en “El País” bajo el titular “Luis Alfonso de Borbón investido rey de los Franco”.
Por cierto: también informa el periódico que las márgenes del Jarama esconde una herencia radiactiva de Franco: lodos radiactivos procedentes de un vertido que la dictadura escondió en 1970 en varias fosas apenas sometidas a control. Y así vivimos entre cielo e infierno: una lucha de tronos en medio de bombas y  lodo radiactivo.

Entre infierno y cielo

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